La torre del fielato, monumento que preside la plaza de las Ciudades Hermanas en Valladolid, es uno de los pocos vestigios de la época burguesa que pueden encontrarse en la zona sur de la ciudad.
Declarado bien protegido por su valor arquitectónico, se trata de un pequeño torreón circular de dos plantas con fachada en ladrillo caravista. Una estética que contrasta con los vanguardistas bloques de krion blanco que forman la plaza de las Ciudades Hermanas. La Torre del Fielato es, además, punto de partida de la pequeña trama urbana en la que parece estar organizado el espacio: con este torreón como referencia, podemos trazar un recorrido que pasa por Valladolid, Morelia (México), Lille (Francia), Orlando (Estados Unidos), Florencia (Italia) y Lecce (Italia).
¿Fue, entonces, un fielato?
Un fielato era una oficina de recaudación, donde se cobraban los impuestos pertinentes por la entrada y salida de mercancías a la población.
El origen de la Torre del fielato, no obstante, poco tiene que ver con su sobrenombre: posiblemente perteneciera a alguna de las villas burguesas que se construyeron en este enclave a lo largo del siglo XIX y principios del siglo XX. Esta era, por aquel entonces, una zona alejada de la ciudad, que las clases acomodadas aprovecharon para establecer fincas y residencias de recreo.
La confusión puede deberse a que en los años 30 se construyó un fielato a unos 25 metros, del que el torreón de La Rubia parece haber tomado el apellido.
Fielatos en Valladolid
Los fielatos también fueron conocidos como ‘oficinas de consumo’ -y sus funcionarios apodados ‘consumeros’ por la población -. Su labor se extiende hasta mediados del pasado siglo XX. En sus últimos años asumieron otras funciones, entre ellas, la de control sanitario.
Valladolid tuvo fielatos en sus principales accesos a la ciudad, como la Puerta del Carmen (o Puerta de Madrid), las Puertas de Tudela (en el entorno de la actual plaza de la Circular), el Portillo de la Pólvora (actual Vadillos, entrada a la ciudad desde Renedo), en Santa Clara (acceso desde Cabezón de Pisuerga) o en la primera vía que cruzó el Pisuerga a su paso por la ciudad, el Puente Mayor.
2 Comentarios
Paso a diario frente a este edificio y nunca me había planteado cual era su origen. Sin duda, un artículo muy interesante.
¡Muchas gracias por tu comentario! Sin duda tiene un curioso origen y, sin conocer la historia, su nombre puede dar lugar a interpretaciones erróneas.