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La plaza de las Ciudades Hermanas de Valladolid

25 noviembre, 2019

¿Qué puede tener en común Valladolid con la ciudad francesa de Lille, las italianas Florencia y Lecce, la lejana Orlando en los Estados Unidos y la mexicana Morelia? ¿Y con la urbe india Ahmedabad, la vanguardista Boston, Kenitra en Marruecos y la Guadalajara de México?

En el primer caso que son ciudades hermanadas. En el segundo, se trata de municipios amigos. Y, en todos, que confluyen en la plaza de las Ciudades Hermanas en Valladolid.  

Un espacio que, desde su inauguración en septiembre de 2010, celebra los estrechos lazos que unen a ciudades tan dispares como alejadas entre sí desde la firma de los siguientes protocolos:

  • Morelia (México) – Se llamó Valladolid entre 1545 y 1828, cuando cambió su nombre por el del héroe de la independencia mexicana José María Morelos y Pavón . Ciudad hermana desde 1978.
  • Lille (Francia) – Ciudad hermana desde 1987
  • Orlando (Estados Unidos) – Ciudad hermana desde 2006
  • Florencia (Italia) – Ciudad hermana desde 2007
  • Lecce (Italia) – Ciudad hermana  desde 2009

Además, ostentan el título de ciudades amigas Kenitra (Marruecos), Ahmedabad (India), Boston (Estados Unidos) y Guadalajara (México).

La plaza de las Ciudades Hermanas, diseñada por Rubén Martín del Amo y Daniel Moyano, construye una suerte de trama urbana en pequeña escala con una distribución clásica, a través de elementos que se abren y generan plazas, consideradas aquí como reflejo del espacio público y la vida social.

Son, en total, cinco plazas: una por cada ciudad hermana, con datos e imágenes de las distintas localidades que permite conocer un poco mejor estos lugares tan lejanos en el espacio como cercanos en la relación institucional. El visitante podrá ‘visitar’ estos lugares a través de fotografías de sus enclaves más representativos (la Plaza Mayor, la plaza de Zorrilla o la Casa Mantilla, en el caso de nuestra ciudad) y descubrir realidades sobre su población o su clima.

Valladolid ocupa un espacio privilegiado en la trama: su pequeña plaza, junto a la Torre del Fielato, se sitúa como punto de partida en el diseño. Desde aquí encontramos las otras cuatro plazas ordenadas según la distancia que separa cada ciudad hermana de Valladolid. Así, la primera con la que damos es Lille; a continuación, Florencia y Lecce, y, por último, Morelia y Boston.

Esta ‘pequeña ciudad’ tiene por ‘edificios’ bloques de krion blanco. Se trata de un material moldeable, semitransparente y que puede iluminarse desde su interior. Desarrollado por la empresa Porcelanosa, permite realizar construcciones sin juntas con un aspecto final que se asemeja al de la piedra natural.

Su aspecto es vanguardista por partida doble: primero, por el limpio contraste que ofrece junto a la torre del Fielato, vestigio de alguna casa señorial; segundo, por el vivo mosaico de luz que construyen al amparo de la noche y que varía en tonalidad e intensidad según distintas programaciones.

Estos bloques son, además, soporte de exposiciones que dan voz a artistas locales y a temáticas sociales, ahondando así en ese aspecto de espacio público como espacio de encuentro y diálogo para la ciudadanía. Hasta la fecha han mostrado las ilustraciones de los arquitectos Santiago Bellido y Víctor Martín, un cuento que explica la ruta turística ‘Ríos de Luz’, dibujos realizados por escolares sobre las ciudades hermanas de Valladolid, exposiciones acerca de la igualdad o del papel de la mujer en distintos países.

¿Qué es una ciudad hermana?

El hermanamiento de ciudades es una estrategia ideada en 1947 por Lucien Sargent, Jean Bareth, Umberto Serafíni y Jacques Chaban e impulsado desde Europa. El continente se encontraba devastado por la Segunda Guerra Mundial; una contienda que dejaba secuelas no solo en las ruinas y las pérdidas humanas, sino también en la relación entre países y territorios que se miraban con recelo y que se recrudecía en los albores de la Guerra Fría.

La Unión Europea respalda el programa con su apoyo oficial desde 1989. La idea dio el salto en los años 50 a los Estados Unidos y, en la actualidad, se ha implantado en prácticamente todo el mundo.

El hermanamiento de ciudades está basado en una declaración de amistad entre sus instituciones que se traduce en el intercambio de conocimientos y experiencias en distintas áreas de gestión municipal, en proyectos culturales y educativos; pero que, también, puede extenderse a aspectos como el turismo o el comercio.

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