Arte y Museos

La nueva etapa del Mercado del Val

1 agosto, 2014
Mercado del Val

El mercado más antiguo de la ciudad se prepara para un nuevo lavado de cara. Después de haber sido retocado en 1900 y restaurado en 1981, el Mercado del Val apunta en su calendario el año 2015 como aquel en el que compaginará los títulos de mercado más moderno y más antiguo de la ciudad.

Pionero en su tecnología

La incorporación del plan de rehabilitación del Mercado del Val al proyecto europeo CommONEnergy supuso un salto cualitativo de gigante en las proyecciones de lo que será el renovado mercado de abastos.

Mercado del ValContará con las últimas tecnologías en cuanto a eficiencia energética, de modo que podrá reducir su consumo hasta en un 75%. Este logro pasa por incluir fachadas multifuncionales adaptables a las condiciones climáticas locales, mejorar el aislamiento e incluso incorporar materiales que permitan su autolimpieza.

El proyecto CommONEnergy también trabaja con sistemas inteligentes de gestión energética que puedan controlar la activación de los sistemas que regulen luz y temperatura. El ahorro energético proyectado sería tal, que según fuentes del proyecto europeo se podría recuperar la inversión en tan solo siete años.

Tradición y modernidad

Los planes para su renovación contemplan un exterior completamente nuevo pero que deje a su vez constancia de los elementos que marcaron su construcción en el siglo XIX y que lo asemejan a los mercados centroeuropeos de la época y más concretamente al parisino Les Halles en el que se inspira.

Mercado del Val Una novedad en la arquitectura del edificio será la presencia de la luz natural en el interior, protagonista absoluta de las venideras jornadas de compra y venta gracias al acristalamiento de todos los laterales del edificio a partir de los dos metros de altura.

Entre la cristalera y el suelo se mantendrán los motivos geométricos en forma de rombo. Sin embargo, para mantener la primacía de la luz natural, se cambiará el actual ladrillo por vinilo con transparencias que, coincidiendo con la figura de rombo, dejen ver el interior del mercado.

Lo que se podrá vislumbrar a través de estas nuevas ventanas y una vez cruzada la puerta que da al interior del recinto es un trazado final con cincuenta puestos de venta al detalle de diecinueve metros cuadrados cada uno, nueve menos que los que acoge en la actualidad. Se agruparán de cuatro en cuatro, de modo que cada uno tenga dos laterales accesibles al público.
Su nueva etapa lo podría asemejar tanto a La Boquería de Barcelona como al Mercado de San Miguel de Madrid. Al igual que el primero, apuesta por ser un espacio que conserve su tradición de abastos; y como el segundo, incluirá una zona de restauración y ocio, con una zona de restauración en la bajocubierta que incluye un restaurante y varios bares de tapas; al que posiblemente se sume una zona para ofrecer cursos y catas, entre otras actividades culinarias.

 

 

 

 

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