El 23 de agosto de 1520, la villa de Valladolid se unió oficialmente al movimiento comunero y se constituyó en “Comunidad”. La “Junta de Comunidad”, órgano revolucionario liderado por su capitán general el infante Juan de Granada, sustituyó al Regimiento como principal institución del gobierno local y comenzó a reunirse en la Colegiata, rompiendo así, radicalmente, con el régimen anterior.
El 5 de diciembre, las tropas leales a Carlos I tomaron Tordesillas, donde se encontraba recluida la reina Juana y donde tenía su sede la “Junta General de Comunidades de Castilla”. Diez días después, la Junta se instalaba en la villa de Valladolid, que pasó a ser capital de la revuelta.
La villa, totalmente entregada a la causa comunera, había elegido como nuevo capitán general a Pedro de Tovar, un comunero mucho más radical que el infante de Granada y más acorde a la voluntad del común vallisoletano.
Fue entonces cuando comenzó la verdadera “Crónica de la Valladolid Comunera”… ¿Y qué estaba pasando en la “Valladolid Comunera” hace exactamente 500 años?
Valladolid Comunera del 15 al 20 de diciembre de 1520
El 15 de diciembre, la Junta General, ya reorganizada, reanudó sus sesiones instalada en Valladolid y la villa se convirtió, de facto, en cuartel general de la revuelta comunera. En Valladolid pasaron a coexistir tres instituciones «comuneras»: la Junta General de Comunidades, la Junta de Comunidad de Valladolid y la Junta de Guerra de Valladolid.
Ante la visible debilidad de los comuneros tras la toma de Tordesillas, el cardenal Adriano de Utrecht, regente de Carlos I, escribió a la Junta de Comunidad de Valladolid recordándole la fidelidad que Valladolid debía al rey.
Por su parte, el condestable de Castilla, Íñigo Fernández de Velasco, líder de las tropas realistas, hizo lo propio, exhortando a que se disolviese a la gente de armas en la villa. Pero Valladolid no estaba dispuesto a claudicar y se esmeró en ofrecer residencia a los procuradores de la Junta General huidos de Tordesillas y en reforzar la propia seguridad de la localidad, tanto interna como externa, por temor a un ataque de las tropas leales al monarca.
Carlos I estaba lejos, en Worms (Alemania), pero en absoluto desinformado. El día 17 de diciembre, advertido del avance de la revuelta comunera en Castilla y de la instalación de la Junta General en Valladolid, el rey dictó un decreto desde Worms, ordenando que la Chancillería saliese de Valladolid (decreto que no llegaría a Valladolid hasta finales de enero…).
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