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150 años de espectáculo: el Teatro Calderón

26 junio, 2014

 

El teatro Calderón en 1865

El teatro en 1865

Valladolid era un ciudad en ebullición a mediados del siglo XIX. La llegada de la industria y el desarrollo económico fue también la llegada de la clase burguesa, que puso sus miras en las altas clases europeas. Este afán de europeizar Valladolid fue el caldo de cultivo en el que crece una gran vida cultural en la ciudad, escenario tertulias literarias, teatros y conciertos.

El llamado ‘Gran Teatro’ de la plaza Martí y Monsó se quedó pequeño para las expectativas de la clase burguesa. Tampoco era suficiente el Teatro Lope de Vega, que se inauguró en 1861. La respuesta no tardaría en llegar con la construcción del imponente Teatro Calderón.

Se alzó, de forma casi simbólica, sobre el antiguo palacio del Almirante de Castilla: un edificio bajomedieval derribado hasta sus cimientos para dejar paso a una auténtica obra de arte de corte neoclásico.

La sociedad Pérez Calderón y Compañía adquirió esos terrenos en 1863 por la suma de 275.000 pesetas, ante oposiciones como las de la Iglesia, pues el Arzobispado se negaba a la construcción de un teatro tan cerca de su sede. El Gobernador, a pesar de las peticiones, autorizó las obras.

Fueron poco más de 390.000 pesetas las invertidas en una construcción que pronosticaba un futuro brillante a la sala. Los trazados corrían a cargo de Jerónimo de la Gándara, un profesional de prestigio tras haber diseñado el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Sus planos, interpretados por el arquitecto vallisoletano Jerónimo Ortiz de Urbina, supieron aprovechar un terreno irregular proyectando un espacio encerrado en contenedores regulares.

La influencia europea estaba presente en cada rincón del teatro. Los planos tenían un toque que recordaba a los del alemán Friederich Schinkel. La sala principal, en forma de herradura, a la italiana, descansaba debajo de un taller de pintura, una costumbre muy habitual en las salas del viejo continente. El techo, decorado por el pincel de Augusto Ferri. Albergaba también una interesante tramoya de Piccoli, pieza de gran relevancia técnica.

Su inauguración, el 29 de septiembre de 19864, fue un auténtico homenaje al autor del que toma el nombre,Calderón de la Barca,  con la representación de El alcalde de Zalamea, a cargo de la compañía dirigida por Joaquín Arjona.

 

El Teatro Calderón a principios del siglo XX

El Teatro Calderón a principios del siglo XX

Llegó a ser uno de los principales teatros de España. Así lo demuestran las actuaciones de importantes tenores y compañías, y actos políticos de especial relevancia durante la dictadura franquista, como aquel en el que se fusionó la Falange Española con las JONS, en marzo de 1934. También fue sede de los estudios centrales de La Voz de Valladolid desde su fundación en 1936 y hasta entrados los años 70.

Fue uno de los edificios de Valladolid que más avances incorporaba. Tenía calefacción de agua y un completo alumbrado eléctrico desde 1908. La posibilidad de graduar la intensidad lumínica de sus 1300 lámparas fue un motivo de auténtico asombro para los burgueses.

Tenía todo lo necesario para ser una de las grandes salas del país y, sin embargo, el futuro del gran teatro vallisoletano peligraba. Hubiese acabado siendo demolido para ceder ese espacio a la construcción de viviendas de no ser por la Caja de Ahorros Provincial, entidad que lo adquirió en 1968.

Cuando el Ayuntamiento pasó a ser propietario del teatro, el edifico pedía a gritos una rehabilitación. El plan de renovación se aprobó el 1982, con una inversión de casi 2500 millones de pesetas. El estudio de arquitectos Jaime Nadal y Sebastián Araujo dirigió la obra.

De aquel edificio diseñado por de la Gándara, hoy solo se conserva la sala y la fachada. Quizá la pérdida más injustificable de la reforma sea la de la tramoya de Piccoli, aquel magnífico mecanismo que no sobrevivió a las obras.

 

La Reina Sofía en el Teatro Calderón

La Reina Sofía inaugura el Teatro Calderón

El teatro fue inaugurado por segunda vez en su historia en 1999, por la reina doña Sofía. El espectáculo elegido para la ocasión estuvo interpretado por la Compañía Nacional de Danza y dirigido por Nacho Duato, bajo el título Multiplicidad: formas de silencio y vacío. 

Desde su reapertura ha sido visitado por compañías de gran prestigio como La Compañía Nacional de Danza, la Compañía Nacional de Teatro Clásico, el Ballet Nacional de Cuba, el Royal Swedish Ballet, el Neederland Dance Theatre… además de todas las personalidades del séptimo arte que han pisado su alfombra roja durante las ediciones de la Semana Internacional de Cine de Valladolid.

Calderón de la Barca dijo que la muerte es siempre temprana y no perdona a ninguno. Pero cuando el edificio al que da nombre baje su telón no podrá decirse que el momento ha sido temprano, porque el Teatro Calderón tiene capacidad para demostrar que la vida es sueño, al menos, otros 150 años más.

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1 Comentario

  • Reply administrador 12 agosto, 2014 at 06:07

    Muchas gracias Vivados.

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