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Mery Maroto. Arte y teatro

13 abril, 2021

El legado de Mery Maroto es, a partes iguales, arte y teatro. Desde sus primeras obras en los años 60 hasta producciones realizadas poco antes de su fallecimiento, en julio de 2019; Mery despliega una intensa producción en todas sus facetas: pintora, escultora y escenógrafa.

Nacida en Zamora en 1943, se traslada con su familia a Valladolid cuando tiene cinco años. Desde entonces siente, como señala en su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, que Valladolid «es mi ciudad, a la que quiero muchísimo y donde se ha forjado mi trabajo, mis vivencias y mis éxitos artísticos».

Recuerda la exposición que la Fundación Municipal de Cultura le dedicó en 2021:

Mery Maroto

Mery Maroto comenzó a pintar de niña sobre las paredes de baldosines blancos de la cocina de su casa. Recuerda que podía dibujar y borrar cuanto quisiera: pájaros, rostros, árboles, bailarinas, casas con caminos y diseños de zapatos de tacón eran sus motivos preferidos.

Con quince años se matricula en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Valladolid, donde se forma en dibujo y modelado. Aprovecha su tiempo libre para pintar bodegones, retratos y paisajes. En 1964 gana la medalla de bronce del VI certamen Nacional de Pintura Joven.

En 1968 conoce al Juan Antonio Quintana, quien se encontraba en Valladolid como parte de un montaje de Carmelo Romero (Vania, de Antón Chejov). Le propuso trabajar como escenógrafa y figurinista: a esta tarea se dedicó Mery Maroto durante treinta años. Realizó el diseño de escena y figurines para 36 montajes.

Por este trabajo recibió, en 1972, el Premio a la Mejor Escenografía en el Festival Nacional de Sitges. En 1990, la Diputación de Valladolid le otorgó la Medalla de oro por su diseño en en Romeo y Julieta.

Nunca abandonó completamente la pintura ni la escultura. Muestra de ello son los óleos y los volúmenes que se exponen en esta muestra, realizados en todas las décadas de su vida.

Un afán creativo que responde al desbordado interés de Mery Maroto por aprender, por experimentar, por cultivar todo tipo de manifestación plástica:

Necesito otra vida más, porque con esta no tengo suficiente. Ya soy mayor y no sé si la lucidez estará conmigo siempre. Si la lucidez se pierde no hay nada que hacer; como mucho emborronar papeles o lienzos, y quizá en mi caso, dibujar en los baldosines de la cocina de mi estudio; que también son blancos .

Mery Maroto. Discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid. 2014.

Sobre Mery Maroto han dicho…

Contemplar reunida la obra de Mery Maroto es penetrar en un espacio creativo en el que todo parece posible y la realidad se transforma en belleza a través de la mirada de una artista capaz de convertir un pez en escultura y de recorrer distintas etapas, desde la figurativa a la abstracta, sin perder nunca una personalidad que la hace única. Son cuadros que tienen vida propia y atrapan al espectador en las historias que cuentan o, simplemente, sugieren. A veces, además, puede trasladarle a lugares oníricos, sorprenderle o inquietarle. La exposición, que incluye paisajes, caminos o bosques, muestra el trayecto de la artista hasta la abstracción, geometría o juegos de color y se completa con dibujos y grabados como el desnudo de una mujer tumbada con un fondo de hojas. Además hay carteles, desde el de ‘La Danza de los Muertos’, de Strindberg, al de “La Zapatera Prodigiosa” de Lorca y figurines de vestidos largos y estolas. Destacan también las esculturas que cuentan una historia, como una maternidad con el niño a la espalda o un hombre solo paseando por una arboleda. Y, sobre todo, sorprende y emociona el grupo familiar de migrantes con maletas que esperan sobre una tabla, en contraste con la serenidad de un busto femenino. Se pueden también contemplar, entre otras, a una pareja que son Don Juan y Doña Inés, una Menina geométrica y un inquietante hombre sentado y cabizbajo, mientras que otra pieza en madera muestra a una mujer, Doña Rosita, en el dintel de una puerta y una abstracta sugiere una figura cerrada sobre sí misma

María Aurora Viloria.Periodista y comisaria de la exposición

Difícilmente un creador plástico ha llegado a comprometerme tanto como el mundo icónico de Mery Maroto. No es un credo el suyo, ni un manifiesto: es una pura y simple evidencia de una presencia humana en primer lugar, y de una propuesta plástica de diálogo después, con la que podrás coincidir o disentir, pero en la que te sentirás siempre involucrado.

Ramón García Domínguez. Escritor

Toda la obra de Mery Maroto es un desafío a ella misma. Los límites que la técnica o la experiencia le imponían eran para ella su objetivo número uno. Quería ir más allá siempre; como una exploradora esperanzada confiaba en que sus limitaciones no fuesen más que algo pasajero. Algo que se podía superar con el trabajo y la investigación.

Alfredo Sanzol. Autor y director de teatro

El día que le acompañé para entrar en la Real Academia de Bellas Artes dije que su biografía está ya en los diccionarios y al alcance de todos. No así sus motivaciones y menos aún las ilusiones y esfuerzos dedicados a su pasión creadora.

Joaquín Díaz. Músico.

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