Personajes e historia

Jorge Guillén, la voz vallisoletana de la Generación del 27

11 enero, 2023

Jorge Guillén, poeta vallisoletano

Literato de fama tardía (publica su primer libro, Cántico, con 35 años) y ganador del primer Premio Cervantes en 1976, el vallisoletano Jorge Guillén es uno de los principales nombres de la poesía española del siglo XX.

Jorge Guillén nació en Valladolid el 18 de enero de 1893. Reside en la capital del Pisuerga toda su infancia y su juventud y mantiene una estrecha vinculación con su ciudad natal a lo largo de toda su vida: las visitas son constantes hasta su exilio y se reanudan una vez regresa a España.

Fue criado como el mayor de cinco hermanos en el seno de una familia burguesa de ideas liberales. Estudió entre Madrid y Granada, donde se licencia en Filosofía y Letras, antes de trasladarse a Suiza (1909-19011) y ser lector en la Sorbona de París (1917-1923). En esta época, Guillén contacta con los círculos culturales parisinos y europeos, viaja por las capitales del Viejo Continente y conoce a su esposa, Germaine Cahen, con quien tendrá dos hijos: Teresa (1922) y Claudio (1924).

Mientras ocupa la Cátedra de Literatura de la Universidad de Murcia, de 1926 a 1929, funda la revista literaria Verso y Prosa, realiza varios lectorados en Oxford y publica la primera edición de Cántico en la Revista de Occidente. Este debut literario, en 1928, es aplaudido de forma unánime por la crítica. Azorín, incluso, lo califica como el inicio de «una época en la evolución de la literatura española».

En esta época también conoce a varios miembros de la Generación del 27. Entre ellos se encuentra Federico García Lorca, con quien mantuvo una estrecha amistad. De hecho, el poeta granadino ofreció un recital en el Ateneo de Valladolid invitado por Guillén, en el que desveló algunos versos inéditos de Poema del cante jondo.

Jorge Guillén en 1982. Imagen: Archivo Municipal de Valladolid – Colección Asociación de la Prensa.

La Guerra Civil y el exilio de Jorge Guillén

La Guerra Civil sorprende a Jorge Guillén en Valladolid. Desde aquí envía a sus hijos a París y el matrimonio acuerda reunirse con ellos en la capital gala, pero es encarcelado a su paso por Pamplona acusado de espionaje. La intervención de su padre, Julio Guillén, albista republicano, permite su liberación: consigue una importante nómina de firmas en favor de su hijo, entre ellas, las del arzobispo de Valladolid y personas cercanas a Queipo de Llano. El 19 de agosto, el día en que Lorca fue asesinado, Jorge Guilén y su mujer fueron puestos en libertad.

Tras un breve periodo en su Cátedra en la Universidad de Sevilla y pese a que traduce el Canto a los mártires de España de Claudel para la Falange (una edición publicada con el yugo y las flechas en la portada, de la que renegó años después), el poeta sabe que está señalado como sospechoso desde su paso por la cárcel de Pamplona y su matrimonio con una judía. Decide aprovechar su amistad con el entonces ministro de Educación en el Gabinete de Franco para solicitar los permisos necesarios para abandonar el país en julio de 1938.

En sus primeros años en el exilio imparte docencia en distintas universidades de Estados Unidos y Canadá. Su mujer, Germaine, fallece en 1947; en 1950 muere su padre y solo un año después, su íntimo amigo Pedro Salinas.

Vuelve por primera vez a España en 1949 para visitar a su padre enfermo. La correspondencia que mantuvo con algunos de sus colegas deja constancia de que pasó esos dos meses en Valladolid, en la casa de sus padres, en lo que hoy es la calle de la Constitución. En estos días, en la capital del Pisuerga, comenzó a escribir Clamor. En otra carta de 1951, su amigo Juan Ruiz Peña le comunica que le visitará en Valladolid.

Si bien su vinculación con España se mantiene a través de visitas puntuales (se conocen, al menos, viajes en 1955, 1958, 1961, 1967 y 1975), Guillén no regresa definitivamente hasta concluida la Dictadura, en 1977.

Durante los años del exilio, Guillén vuelve a casarse (en 1961, con casi 70 años, en Bogotá, con Irene Mochi-Sismondi), imparte clases en universidades como Harvard hasta su jubilación en 1957, después de una rotura de cadera; viaja por Italia y recibe importantes reconocimientos por su producción literaria: el Premio de la Academia Americana de las Artes y Letras (1955), el Premio Cità de Firenze (1957), el Premio Erna-Taormina (1959), el Premio Bennet (1976) y el primer Premio Cervantes (1976).

‘Homenaje a Jorge Guillén y a la infancia’, conjunto escultórico en la plaza del Poniente. Los barcos de papel tienen grabado ‘Cántico’ y ‘Clamor’ en homenaje a los poemas del vallisoletano.

La huella de Jorge Guillén en Valladolid

En su última visita a España antes de su regreso, Guillén es homenajeado en distintas localidades vallisoletanas: Montealegre (del que descendía la familia del escritor), Villalón y su Valladolid natal. En la última etapa de su vida estos emotivos reconocimientos fueron constantes: en 1982 es nombrado hijo predilecto de Valladolid y un año después se celebran varios homenajes por su 90 aniversario.

En 1977, cuando regresa para recibir el Premio Cervantes, decide establecerse directamente en su país. Se traslada a Málaga, donde reside hasta su muerte, el 6 de febrero de 1984 a causa de una bronconeumonía.

Los continuos homenajes al poeta en su ciudad natal han dejado una imborrable huella en Valladolid, donde una calle y un colegio de educación primaria llevan su nombre. El recuerdo de Guillén está también presente en dos esculturas ubicadas en el centro de la ciudad. La primera de ellas, inaugurada en 1982, coincidiendo con su nombramiento como Hijo Predilecto de la Ciudad, fue titulada por su autor, Eduardo Chillida, como Lo profundo es el aire por el sugerente verso que escribió el poeta. En 1998 se inauguró una segunda obra escultórica en honor al Premio Cervantes, Homenaje a la infancia y a Jorge Guillén, en la plaza del Poniente.

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