Curiosidades y leyendas

La leyenda del Cristo de la Cepa

6 julio, 2016

El Santísimo Cristo de la Cepa, expuesto en la Catedral de Valladolid, es una figura única. Se trata de un tronco de cepa, toscamente labrado, que recuerda a Jesús en la Cruz. Su cabellera y su barba no son sino las propias raíces.

Fe y devoción forjaron una leyenda en torno a esta curiosa imagen y…al vino. No en vano Valladolid es tierra de tradición vinícola.

Cristo de la cepa

La leyenda sitúa su origen a principios del  siglo XV. La población judía, aún no expulsada de la Península Ibérica por la Reina Isabel, se concentraba en de Toledo. Y aquí, en la ciudad de las tres culturas, y siempre según la leyenda, vivía un judío que hacía mofa de la religión cristiana.

Dicho judío podaba su viñedo cuando se topó con la extraña figura. No cabía duda de que representaba a Jesucristo crucificado. Tal revelación le movió a reconocer sus pecados y abrazar la fe cristiana de la que tanto se había burlado.

Su entrega al cristianismo fue tal que el mismísimo Cardenal Arzobispo de Toledo, Don Sancho Rojas, ofició su bautismo. Cuando el arzobispo fue trasladado al Monasterio de San Benito de Valladolid, cuya orden era uno de los mayores productores de vino de la zona, llevó consigo el Santísimo Cristo de la Cepa.

Expuesto en San Benito El Real, su fama se acrecentó, sobre todo entre el gremio de los vinateros. Así, cada tres de mayo, por la fiesta de estos, el Cristo de la Cepa comenzó a ser sacado del templo rodeado de velas y flores.

En el siglo  XVIII desfiló por las calles de Valladolid en varias rogativas con la esperanza de poner fin a sequías o inundaciones que asolaban las cosechas.

Se le atribuye el milagro de terminar con la sequía de 1714, como recoge Juan Agapito y Revilla en el artículo Tradiciones de Valladolid.

En 1835 el Cristo de la Cepa fue trasladado a la Catedral de Valladolid, donde permanece, expuesto para su visita, a día de hoy.

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1 Comentario

  • Reply Catolicodeapie 10 enero, 2022 at 14:02

    Increíble, no conocía la historia del Cristo de la Cepa. Realmente es una talla, se ven marcados hasta los dedos, no es algo fortuito ni que la imaginación lo pueda interpretar a su gusto.

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