Curiosidades y leyendas Eventos y festejos

Gandásegui, restaurador de la Semana Santa en Valladolid

31 marzo, 2015
Gandasegui Valladolid

Valladolid no siempre ha sentido la Semana Santa con el entusiasmo y la intensidad con la que ahora rememora la Pasión. La vehemencia que se conoce en la actualidad es la huella impresa con fuerza por el arzobispo Gandásegui en los años 20 del pasado siglo que ponía fin a una larga época de decadencia para pasos y cofrades.

La Semana Santa condenada al olvido

El declive de la Semana Santa tanto de Valladolid durante el siglo XVIII estuvo, como del resto de España, ligado a la Ilustración que irrumpió en la corte de Carlos III. El monarca, con la intención de ajustar su reinado a la nueva mentalidad europea, decretó la restricción de algunas manifestaciones propias de las cofradías penitenciales e intentó limitar el carácter jocoso de ciertas procesiones.

El afán por racionalizar y fiscalizar la Semana Santa trajo profundos cambios en la Pasión. Las hermandades debían renovar sus reglas eliminando todo tipo de exceso y presentarlas a la aprobación del Consejo Supremo de Castilla, órgano que decidía la continuidad o la extinción de las cofradías. En este sentido, promulgó el Expediente General de Cofradías (1769-1784) que tuvo especial incidencia en Valladolid. El documento refleja la intención de los monarcas por someter a las cofradías y enajenar sus riquezas.

A las normas decretadas por la corona se añadió el desinterés de los gremios por las procesiones, que no querían asumir el elevado coste económico que suponían.

Aun así, se mantuvo, aunque de forma irregular, la celebración de algunos actos de las cofradías penitenciales, como la Procesión General del Santo Entierro –hoy Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor-.

Gandasegui Valladolid

Gandásegui en 1928. Primero por la izquierda en la fila inferior.

Gandásegui. Lucha por el cambio

El resurgir del esplendor de la Semana Santa en Valladolid puede atribuirse al arzobispo Gandásegui. Desde 1920, con el apoyo del historiador Juan Agapito y Revilla y del director del Museo Provincial de Bellas Artes, hoy Museo Nacional de Escultura, Francisco de Cossío; impulsó la recuperación de los pasos y las cofradías vallisoletanas.

Además de rescatar la fama de las hermandades penitenciales históricas, fomenta la creación de otras nuevas a partir de asociaciones religiosas seglares. Todas se incorporan a la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor del Viernes Santo, la más importante en Valladolid y que mantiene en la actualidad la estructura que se marcó entonces. Sin embargo, el primer año que es convocada por el arzobispo (1920), es suspendida por las condiciones climáticas. El interés por la recuperación de las Cofradías era una realidad palpable en la época: en 1921 se dobla el número de procesiones respecto al año anterior.

También se rescatan las imágenes olvidadas en el Museo que gestionaba Cossío. Las que pasaron tiempo postergadas en el sótano del Palacio de Santa Cruz desde la desamortización tuvieron peor conservación que aquellas conservadas en los templos.

Algunos de los valiosos pasos recuperados en la renovación impulsada por Gandásegui, Agapito y Revilla y Cossío ya no procesionan, como La Piedad de Gregorio Fernández (desde 1929), El Entierro de Cristo de Juan de Juni (desde 1931), Cristo Yacente del Convento de Santa Catalina, de Gregorio Fernández (desde 1960)  o Nuestro Padre Jesús Resucitado (desde 1994).

Desde la recuperación de la celebración de la Pasión en Valladolid nuevas cofradías se han incorporado a las filas de hermandades, cinco en los años 40 del pasado siglo, una en la década posterior y la última en engrosar las filas de los alumbramientos, reconocida por el Arzobispado en 2011.
El interés que siguen despertando pasos y cofradías en la capital es el legado de Gandásegui, el hombre que refundó la Semana Santa en Valladolid.

Recomendaciones

No hay comentarios

Deja un comentario