Esta exposición, que se presenta en Valladolid, por primera vez en España; pone de manifiesto la enorme influencia que tuvo el país nipón, aislado durante siglos, sobre la pintura, la escena y diversos campos de la vida doméstica de Occidente.
La estampa japonesa y la Belle Époque puede visitarse en la Sala Municipal de Exposiciones de La Pasión hasta el 29 de agosto de 2021. El horario de apertura de la sala, de entrada gratuita, es de martes a domingo y festivos, de 12 a 14 y de 18,30 a 21,30 horas.
La Belle Époque y la estampa japonesa
A finales del siglo XIX, Paris vive una época de intensa actividad artística e intelectual, al amparo de un periodo de paz y progreso (en el paréntesis entre el final de la posguerra franco-prusiana y las grandes guerras mundiales).
Coincide, con pocos años de diferencia, con el descubrimiento de la cultura ja-ponesa por parte de Occidente, gracias a la apertura de la era Meiji (1868-1912). En Francia surgieron tertulias y sociedades volcadas con esta cultura, se pusieron de moda elementos tan dispares como abanicos o menaje inspirados en motivos japoneses y, por supuesto, la estampa japonesa.
En el país galo de la Belle Époque se congregaban los impresionistas, los simbolistas, los modernistas, los expresionistas…el periodo más vanguardista, y quizá más influyente, de la historia del arte, se centraliza en un ambiente creativo que coquetea con las influencias niponas. Se llegó a acuñar un nombre para definir esta admiración: el japonismo.
La inspiración del arte oriental es palpable en óleos tan conocidos como ‘Retrato de Emile Zola’ de Manet, ‘Le Pere Tanguy’ de Van Gogh o ‘Camile en costume japonais’ de Monet; en carteles de Toulouse-Lautrec, en los bocetos que realizó un joven Picasso para un cartel de Sada Yacco o en la obra del maestro del cartelismo, Jules Cheret.
Pero antes de que el arte japonés sedujera a los europeos, las técnicas occidentales habían calado en la lejana isla. Los primeros cuadros llegados desde holanda dieron a conocer el Renacimiento tardío, cuya técnica de perspectiva fascinó a los pintores de la escuela Ukiyo-e, que no tardaron en adoptarla.
La estampa japonesa y la Bélle Epoque congrega a los artistas más destacados de los ‘ismos’ y de las vanguardias: Toulouse Lautrec, Van Gogh, Picasso, Bonnard, Vuillard, Cheret, Puvis Chavannes, Grasset, Mucha, Malevich, Casas, Van Dongen… y los reúne con sus colegas japoneses -Hirosige, Hokusai, Utamaro, Kunisada, Yoshitoshi, Keisai, Gekko, Foujita, Oda…- en un diálogo que tiene como soporte el papel.
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