Arte y Museos

La cultura independiente d emerge con el proyecto Ciudad Abisal

7 diciembre, 2018

La cultura independiente trabaja incansable y sumergida en Valladolid. Y en no pocas ocasiones emerge a la superficie para tomar aire y hacerse notar. Una de ellas ha sido el proyecto Ciudad Abisal, una ambiciosa radiografía del estado de esta cultura en Valladolid que abordó, con el apoyo del Ayuntamiento, el colectivo Ciudad Z.

Su lupa se centró en un tipo de cultura muy específica, aquella “que no es institucional, que no depende de subvenciones ni programas municipales, y que se aleja de la cultura popular”, especifica Jesús de los Ojos, arquitecto y miembro fundador de Ciudad Z. Hablamos con él para profundizar en una iniciativa que ha retratado el lado menos visible de la cultura vallisoletana.

Jesús de los ojos

El arquitecto y miembro de Ciudad Z, Jesús de los Ojos

La iniciativa parte del espíritu con el que surge la asociación Ciudad Z, “localizar espacios abandonados con alto potencial para ser recuperados”, y lo pone cara a cara con el asociacionismo cultural que bulle en Valladolid. En concreto, con las demandas e inquietudes de un centenar de colectivos.

Ciudad Abisal arranca con un análisis de situación, un diagnóstico que, para Jesús, “quizá sea la parte más potente del proyecto”. “No queríamos dar una opinión personal ni trasladas una impresión, sino un ofrecer un estudio de la situación actual realizado con rigor”, deja claro Jesús. Para ello, contaron con la colaboración de una socióloga en el diseño de las encuestas, el muestreo y la interpretación de las respuestas arrojadas en las mismas.

Durante dos meses, cuatro personas se volcaron con entrevistas en profundidad, que se alargaban más de una hora con cada colectivo participante. Más de cien horas de conversación como base para la posterior puesta en común “no solo de las respuestas, sino también de las sensaciones que percibíamos y las conversaciones paralelas que surgían durante las entrevistas”.

“Generamos, así, un gráfico con el estado de ánimo respecto a la situación de la cultura en Valladolid”, explica. Entre las conclusiones que destaca Jesús se cuentan “el desánimo de la gente que lleva más tiempo volcada con esta labor, que suele dedicar mucho tiempo sin recibir contraprestación alguna; el entusiasmo de algún colectivo y la frustración otros muchos, aunque, en general, la mayoría se muestran realistas o cautelosos”.

Mapa ciudad abisal

Clic para descargar el mapa de Ciudad Abisal

Poco más de una cuarta parte de los entrevistados (el 26%) se dedican a una cultura que vive necesita de un escenario: música, teatro, danza, circo y narración. El mismo porcentaje tiene que ver con el ámbito del diseño y la comunicación, donde tienen cabida manifestaciones como la ilustración, la arquitectura, el diseño gráfico o el magazine.

La selección se completa con asociaciones que versan sobre la comunidad (32%), desde la gestión de contenedores culturales a colectivos feministas, y con artes visuales (14%), sobre todo, artes plásticas y audiovisuales.

Entre las problemáticas identificadas, Jesús destaca la insuficiente infraestructura de la mayor parte de los colectivos, que carecen de espacios de reunión –“es el caso de la mitad de lo mapeado, ¿cómo se puede mantener un proceso sin un lugar en el que trabajar?”-, el clima de crispación y recelo, las trabas burocráticas y la fuga de talentos a otras ciudades. Pero frente a los escollos “hay propuestas de muchísima calidad, gente con ganas y con pasión y recursos con una fuerza increíble”.

El caso de éxito al que miran desde Ciudad Z es el de Harinera ZGZ, una fábrica harinera abandonada en 2001 y recuperada en 2016 como centro cultural co gestionado, a partes iguales, por el Ayuntamiento, las asociaciones vecinales y el tejido cultural implicado.

Las Galerías López Gómez, colofón al proyecto

El pasado 15 de diciembre el proyecto se presentó en sociedad con una exposición que permaneció dos meses, hasta el 16 de febrero, en las antiguas galerías comerciales de la calle López Gómez, un espacio escogido por la propia asociación “para dar continuidad a nuestra idea de recuperar espacios abandonados y darlos un uso ligado a la cultura”.

La exposición, visitada por centenares de personas, respondió al mismo espíritu participativo que rigió la elaboración del diagnóstico. Así, se abrió la posibilidad de que toda persona pudiera enriquecer con sus contribuciones el diagnóstico o el mapeo, nombrando nuevos colectivos culturales y respondiendo a una breve encuesta, y sugerir espacios en desuso susceptibles de recuperación.

“Lugares como la Electra Popular o Las norias de santa Teresa son algunos de los más mencionados, pero también hubo quien marcó otros más curiosos, como las galerías comerciales del paseo de Zorrilla”. El arquitecto también tiene sus propuestas: “colegios sin servicio actual, que ya cuentan con una buena estructura, el silo de Valladolid o las naves del Canal de Castilla”, estas últimas, con varios negocios abiertos o en proyecto, “son un ejemplo de cómo se pueden recuperar edificios con una intervención sencilla”.

La rápida adaptación de las galerías López Gómez fue, para Jesús, una muestra definitiva de que Ciudad Abisal es una idea con proyección. “La cultura es mucho más veloz que la burocracia y esa rapidez es, en muchos casos, su mayor atractivo”, nos cuenta. “No es necesario un acabado perfecto ni imitar los espacios típicos de otro tipo de cultura”, añade, “fue una forma de hacer ver que esa cultura independiente se puede gestionar con un gasto mínimo, que se adapta con facilidad a todo tipo de espacios sin necesidad de inversiones millonarias”.

Su recuperación y apertura definitiva “sería un buen proyecto piloto antes de continuar con otros enclaves de la ciudad”. Y, con esta experiencia y el interés del Ayuntamiento de Valladolid por la iniciativa, “damos por concluido el proyecto Ciudad Abisal. Como colectivo Ciudad Z tenemos otras muchas ideas pendientes que no pueden diluirse por la magnitud de una única iniciativa”.

 

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