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Aula Cultural de Valladolid, ganadoras sin trofeo en la Copa de la Reina

3 marzo, 2015

 

“Al marcar no piensas en ti, porque es un partido que ganamos las siete jugadoras que estábamos en el campo y las siete que estaban en el banquillo. Ves el conjunto y no ves más allá”, dice Amaia G. Garibay (21 años recién cumplidos) sobre el gol con el que inauguró el marcador de la semifinal de la Copa de la Reina, apenas diez días después de haber disputado un partido que ha colocado al Aula Cultural Valladolid en el mapa nacional del balonmano.

Aula Cultural Valladolid Copa de la Reina - Amaia

Amaia G. Garibay. Foto de Valentin Glz.deGaribay

Las abanderadas del deporte vallisoletano, que en muchos casos no alcanzan la veintena, se ganaron con sudor un hueco en la semifinal de la Copa de la Reina que disputaron el pasado 21 de febrero. Su rival en el campo fue el conjunto canario Rocasa, que terminó alzándose con el codiciado trofeo ante el Bera Bera.

Si algo dejan claro las jugadoras es que el triunfo fue peleado por todo un equipo. Alicia Fernández, de 22 años, máxima goleadora en el encuentro con siete goles encajados, lo deja claro: “los goles que yo meto son el resultado del trabajo de todas”. Tanto las declaraciones de Alicia como las de la portera Lourdes Guerra asemejan el conjunto a un engranaje engrasado por la buena comunicación entre las chicas durante el juego. Lourdes ‘Lulu’, de 25 años, recuerda que sus paradas tienen base en una defensa fuerte. Ante las crónicas que rememoraban su actuación como una fuente de ‘dolores de cabeza’ para el Rocasa, la cancerbera sonríe y lo califica de anecdótico. “Todo es un conjunto. Con una buena defensa me cuesta menos parar el balón. Este equipo no es una jugadora”.

 

Aula Cultural Valladolid - Lulu

La portera Lourdes Guerra ‘Lulú’. Foto de Valentin Glz.deGaribay

A la altura del Rocasa

El Rocasa se alzó con el título de Liga tras una holgada victoria frente al Bera Bera. Sin embargo, recordarán su paso a la final como un camino de espinas que les tendieron las jugadoras del Aula, un paseo poco cómodo que se superó ‘sufriendo’, como el propio equipo canario declaró en su crónica oficial. Sufriendo por la férrea defensa de la portería de una Lourdes Guerra dispuesta a no ceder un gol a sus rivales. Sufriendo también por una Amaia G. Garibay que ponía les ponía en jaque al inaugurar el marcador en el minuto once. Sufriendo por el pivote Alicia Torres, por los lanzamientos de Alicia Fernández que bailaría con el marcador y por la visión de un equipo dispuesto a mantener la cabeza alta en su debut en la Copa de la Reina.

Pero la victoria del Aula Cultural va más allá de la semifinal en la Copa de la Reina. Hacía décadas que Valladolid no tenía un equipo de balonmano femenino en la máxima categoría y este conjunto, tremendamente joven, ha demostrado ser una revelación a nivel nacional. Primero fue el ascenso a la División de Honor en mayo de 2013, año en el que el club fue elegido como mejor entidad deportiva por el Ayuntamiento de Valladolid. Ahora son capaces de poner contra las cuerdas al ganador de la Copa de la Reina que superó a las vallisoletanas por tan solo tres puntos y se vio obligado a presentar sus mejores armas –Davinia López y María Luján- para asegurarse el pase a la final.

Largo recorrido

Son los frutos de años de esfuerzo. Su actuación en la Copa de la Reina ha sido el trampolín necesario para dar visibilidad mediática a la calidad de juego. “Hemos demostrado que no somos cuartas de la Liga por casualidad”, dice Amaia, consciente de que han sido una sorpresa para la afición. “Al ser recién ascendidas o al tocarnos un cruce fácil, podían pensar que lo nuestro era suerte, pero le plantamos cara a un Rocasa que después ganó la Liga con soltura y casi podemos con ellas”, sentencia la joven jugadora. ¿Su recompensa? “La gente te mira con otros ojos”, sonríe Amaia.
La férrea unión de este equipo es patente a todos los niveles. Las jugadoras están en comunión con una directiva capaz de vivir la competición con la intensidad propia de quien se pelea en la pista. Los técnicos, la directiva; ellos también pelean por lograr el merecido reconocimiento que al final será visible en el campo. “Las dos partes tenemos confianza mutua”, afirma el presidente del club, Cayetano Cifuentes. Con la implicación de la directiva, el engranaje sigue funcionando.

Aula_CopaReina

Todas las jugadoras destacan la importancia del equipo en cada triunfo. Foto de Valentin Glz.deGaribay

Con la certeza de hacer cumplido un objetivo que parecía inalcanzable, las chicas del Aula Cultural Valladolid han retomado una rutina de entrenamientos que, paradójicamente, escapa de lo normal. Es el ambiente propio de quien se sabe vencedor: la moral, alta; el equipo “con más motivación, reforzado como grupo” dice su presidente. Las chicas están dispuestas a no dejar que su nombre caiga en el letargo propio de la comodidad. En palabras de Alicia, “no nos conformamos con los que tenemos, queremos seguir creciendo cada día y terminar la siguiente Copa de la Reina lo más arriba posible”. Sin trofeo, pero campeonas.

 

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