Los Almacenes Calabaza

El edificio que resuelve la esquina entre las calles Alonso Pesquera y Fidel Recio, conocido como ‘Almacenes Calabaza’, ejemplifica el nuevo enfoque que adoptó la arquitectura industrial a principios del siglo XX: si hasta entonces era habitual que estos complejos llevaran la firma de un ingeniero, en este caso es un arquitecto quien asume el trazado e incorpora cierta carga de elementos ornamentales que superan la estricta funcionalidad de la obra.

La influencia del Modernismo -si bien contenido en lo ornamental- que caracteriza la trayectoria del autor de los Almacenes Calabaza, Manuel Cuadrillero y Sáez, asoma ya en este edificio, uno de los primeros firmados por el arquitecto, que tanta huella dejó en Valladolid: es, también, responsable de edificios tan emblemáticos como la antigua sede de Hacienda en la plaza de Madrid, la reconstrucción del Palacio Ortiz – Banco Castellano en Duque de La Victoria o el edificio Soler en la Plaza Mayor, todos ellos posteriores a los Almacenes Calabaza.

El edificio debe su nombre a Vicente Calabaza Pérez. Natural del pueblo zamorano Peleas de Arriba, cruzó el charco a principios del pasado siglo, hasta Uruguay, antes de establecerse de forma definitiva en Valladolid. Aquí fundó un próspero y longevo negocio de mosaicos, loza y piedra artificial, que aún permanece en la memoria de los vecinos.

Aunque la empresa continuó con su actividad primero bajo dirección del hijo del fundador, también Vicente, y después con su nieto al frente, José Luis Calabaza; cambió su sede a la cercana calle del Santuario. El edificio original sufrió un gran daño estructural en 1993 por un incendio originado en un almacén de madera vecino. A causa de este deterioro fue derribado -se mantuvo solo la fachada- y padeció una etapa de abandono hasta entrado el siglo XXI, cuando fue recuperado y rehabilitado.