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La Sala de La Pasión acoge, por primera vez en España, la muestra ‘La estampa japonesa y la Belle Èpoque’
18

mai

2021

Valladolid presenta, por primera vez en España, la exposición ‘La estampa japonesa y la Belle Époque’

La Sala Municipal de Exposiciones de La Pasión presenta la muestra ‘La estampa japonesa y la Belle Époque’, que reúne a los grandes maestros de los ‘ismos’ europeos con sus colegas japoneses bajo un mismo soporte: el papel.

Un diálogo artístico que pone de manifiesto la permeabilidad del arte nipón a las corrientes occidentales en los últimos años del siglo XIX y la fascinación que el país del sol naciente despertó en la Europa de principios del siglo XX y que podrá verse en Valladolid hasta el próximo 29 de agosto.

El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, ha presentado esta mañana la muestra, acompañado por el embajador extraordinario y plenipotenciaro de Japón, Kenji
Hiramatsu. En el acto también han estado presentes la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, y los comisarios  Mirai Kobayashi Jose Luis Rupérez.

"No es casual la fecha elegida para esta presentación", ha señalado Puente. "Hoy, Día Internacional de 
los Museos, celebramos el papel que tienen estos centros para el intercambio cultural y el desarrollo de la comprensión entre pueblos. Y es, precisamente, en este clima de entendimiento, comprensión y respeto tan necesario en el que podemos enmarcar la exposición", ha añadido. En este sentido, el embajador de Japón ha celebrado su "sorpresa y alegría al ver el interés que todo lo nipón respuesta en España, un interés mutuo, en el que confío que ambas culturas sigan profundizando". 

El recorrido reúne xilografías y litografías de 42 artistas japoneses, algunos tan internacionales como Hokusai (el autor de la conocida La gran ola de Kanagawa), y 56 artistas que representan las corrientes creativas del momento en la Europa Occidental, como Van Gogh, Picasso, Lautrec, Monet, Gaugin, Rusiñol o Ramón Casas.

Encuentro a través del arte

Separados en el mapa, pero también en costumbres, política, organización social o el mismo modo de entender el arte, Japón y Francia se mantuvieron ajenos durante siglos. Sin embargo, los últimos años del siglo XIX y los primeros años del pasado siglo XX marcaron el inicio de un periodo de admiración mutua y de profundo influjo entre ambas tradiciones artísticas.

Si el arte japonés se vio influenciado por el europeo a lo largo del siglo XIX, lo que llevó a la introducción de la perspectiva en la escuela Ukiyo-e, la política de apertura que trajo consigo la era Meiji en el siglo XX facilitó la exportación de estampas y xilografías a Francia. Surgió, así, el llamado japonismo, la fascinación
por el estilo oriental que se coló en importantes manifestaciones culturales, pero también en los aspectos más cotidianos.

En el caso del arte gráfico tuvieron notable influencia autores como Hiroshige, Utamaro y Hokusai. Monet realizó sus famosos nenúfares bajo el influjo de las flores de las obras de Hokusai. Van Gogh introdujo motivos japoneses en su retrato de Père Tanguy. El ‘padre del cartelismo’ de la Belle Èpoque, Jules Cheret, llegó, incluso, a recrear un Hiroshige para anunciar una exposición de estampa japonesa que tuvo lugar en París en 1890.

Todos estos ejemplos se exhiben ahora en Valladolid, muestra de que, a pesar de que estas culturas se mantuvieron ajenas la una de la otra durante la mayor parte de la historia, pronto encontraron motivos de admiración y entendimiento.

Este diálogo se estructura en capítulos temáticos, que ponen de manifiesto las similitudes de artistas occidentales y orientales en su forma de entender y retratar
el espectáculo (‘Teatro, cabaret, kabuki’), la belleza femenina (‘Geishas, cortesanas y cheretes’), el viaje (‘El arte del viaje y el tokaido’), el deporte, el erotismo (‘El desnudo y el shunga’) y el complejo clima social de un periodo de entreguerras (‘La paz y la guerra’).

Hay, también, otro apartado dedicado al influjo del arte japonés en cartel publicitario, como una de las manifestaciones más destacadas y populares de la Belle Époque (‘El cartel y la estampa japonesa’).

Completa la colección una mirada al japonismo (‘Le japonisme’) que muestra cómo las tradiciones orientales no solo tuvieron influencia en las corrientes europeas sino que se llegó, incluso, a la transferencia directa de principios y de elementos hacia la obra de pintores occidentales.

A este impecable recorrido se suman diez estampas originales del artista contemporáneo Mirai Koyabashi (Japón, 1978), quien refleja en sus obras la paradoja de ser un artista japonés criado en un país occidental. El papel es, para Koyabashi, soporte para expresar cuestiones acerca de la identidad. Desde un punto de vista plástico, combina elementos de ambas culturas: la estética oriental se da la mano con el academicismo occidental.

Información práctica 

‘La estampa japonesa y la Belle Époque’ puede visitarse, de forma gratuita, hasta el 29 de agosto en la Sala Municipal de Exposiciones de La Pasión, de martes a domingo y festivos, en horario de 12 a 14 y 18,30 a 21,30 horas (lunes cerrado).
Además, la FMC ofrecerá un programa de visitas guiadas a la muestra.

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