Se emplaza sobre edificaciones preexistentes del siglo XV. Es un encargo del abogado de la Chancillería, Francisco de Butrón, entre 1565-72.

Juan de la Lastra lo construye merced a un probable proyecto de Francisco de Salamanca, destacando la factura del patio que presenta tres lados con columnas, y el cuarto cerrado por un elegante muro almohadillado; se decora con medallones que representan motivos relacionados con la justicia, tomados de dibujos flamencos.

En 1637 se vende la casa a las recoletas de Santa Brígida, pasando a ser convento, para lo cual se construye, a partir de 1692, la nueva iglesia de una sola nave y bóveda de cañón, obra de Manuel Izquierdo.

Sobre la portada figura el escudo de los propietarios: Francisco de Butrón y María de Rojas.

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