PRUEBA - Valladolid en un día

Monumentos, rincones en los que se respira historia, recoletos parques y jardines...te descubrimos qué ver en Valladolid. Te contamos qué hacer y qué visitar para aprovechar tu estancia de un día en la ciudad.

POR LA MAÑANA

Plaza Mayor, el corazón histórico de la ciudad

Comenzamos nuestra visita a Valladolid en la Plaza Mayor, la primera plaza mayor regular de España. Este espacio, reconstruido a instancias de Felipe II en el siglo XVI después de un incendio que arrasó la zona, ha sido modelo de otras plazas regulares, con soportales y cerradas. El color rojo que impera en fachadas y pavimento es un guiño a la tonalidad que tuvieron en aquella época. Otro eco de tiempos pasados son los huecos que encontrarás en los techos de algunos soportales, mirillas que usaban los talleres gremiales.

En el centro se encuentra la estatua del conde Pedro Ansúrez, repoblador e impulsor de la villa desde 1072.

La plaza está presidida por una Casa Consistorial que contrasta con la estética medieval: se trata de un edificio de 1908, realizado por Enrique Repullés, que está considerado uno de los mejores ejemplos de la influencia de la École des Beaux-arts en España. Si visitas Valladolid en día laboral, aprovecha para asomarte a su interior y descubrir su escalera imperial de mármol.

Muy cerca de la Plaza Mayor se encuentra la calle de Platerías, donde nació San Pedro Regalado, patrón de la ciudad. Cierra la vía la Iglesia de la Vera Cruz, edificio realizado entre los siglos XVI y XVII y sede de la cofradía más antigua de la ciudad, cuyo origen se remonta al siglo XV.

La Catedral y la Antigua

Desde la iglesia de la Vera Cruz giramos a la derecha para llegar al entorno de la plaza de Portugalete. El amplio y diáfano espacio está presidido por la Catedral. Estaba llamada a ser la mayor de Europa, pero los apuros económicos impidieron que el proyecto de Juan de Herrera se hiciera realidad: en la actualidad, está realizado menos de la mitad. No obstante, su interior permite apreciar el sobrio y magno estilo herreriano. 

Los daños causados por el terremoto de Lisboa de 1755 en los cimientos fueron responsables de la caída de su torre, llamada ‘la buena moza’ por los vecinos, en 1841.

En la actualidad, puedes visitar la torre de la Catedral y su mirador, a más de 70 metros de altura, gracias a un ascensor. Disfrutarás de las mejores vistas de la ciudad.

Adosadas a la Catedral se encuentran las ruinas de la antigua Colegiata de Santa María, un templo románico de la época del conde Ansúrez.

La Iglesia de Santa María de la Antigua (‘La Antigua’ para los vallisoletanos) rivaliza en belleza. Su esbelta torre, de más de 50 metros de altura, es la joya del Románico de la ciudad.

Junto a la Catedral y la Antigua se encuentra el edificio histórico de la Universidad de Valladolid, una de los mejores muestras del Barroco civil español. Su fachada está plagada de alegorías relacionadas con la educación, representaciones de las principales áreas del saber de la época (la Retórica, la Geometría, el Derecho Canónico y el Civil, la Astrología, la Medicina, la Filosofía, la Historia y la Teología) y los reyes que protegieron la institución: Alfonso VIII, Juan I, Enrique III, y Felipe II. ¡Cuidado con los leones que la custodian! Dice la leyenda que, si los cuentas, nunca terminarás los estudios.

El entorno de la Catedral es idóneo para un alto en el camino. Con el buen tiempo se llena de terrazas de animado ambiente desde la hora del vermú y hasta entrada la noche. Cuenta con algunos de los establecimientos más bohemios de la ciudad y agradables bares en el Pasaje Gutiérrez –galería comercial de estilo parisino que bien merece una visita-.

Te recomendamos que dediques unos minutos a la plaza de Santa Cruz, a apenas 100 metros. Comprenderás por qué se dice que Valladolid es la cuna del Renacimiento español.

A MEDIODÍA

San Pablo, el Valladolid de la Corte

Continuamos nuestra visita por la calle de las Angustias, donde se encuentra el Teatro Calderón y la iglesia que da nombre a la vía. En pocos minutos alcanzamos la plaza de San Pablo, testigo por excelencia del Valladolid de la Corte. En su iglesia fueron bautizados los monarcas Felipe II, Felipe IV y Ana Mauricia de Austria –la reina de Los Tres Mosqueteros-. Por su rica ornamentación y sus numerosos detalles, su fachada ha sido llamada ‘el retablo en piedra’ de Valladolid.

Felipe II nació en el vecino palacio de Pimentel, donde se alojaron en varias ocasiones el emperador Carlos V y su esposa Isabel de Portugal. Destaca su ventana plateresca en esquina. Te invitamos, también, a encontrar la ventana por la que, según la leyenda, fue sacado el futuro rey para su bautismo -una cadena te dará la pista – y a pasear por su zaguán azulejado, decorado con escenas históricas.

Ambos edificios flanquean la entrada a una calle peatonal con el hermosísimo conjunto monumental que componen el Colegio de San Gregorio (admira su fachada y sus elementos ornamentales), el Palacio del Marqués de Villena y la Casa del Sol. Son las tres sedes del Museo Nacional de Escultura, con la mejor colección de madera policromada de Europa.
Otro edificio de la plaza de San Pablo que emana historia es el Palacio Real, por donde han pasado Carlos V, Felipe II, Mariana de Neoburgo, Isabel de Portugal, Napoléon o Santa Teresa de Jesús.

La siguiente calle en nuestra visita parte de un lateral de este edificio: es la de San Ignacio, apodada ‘calle de los palacios’. Destacan los de los Arenzana, el del Marqués de Valverde y el Palacio de Fabio Nelli, hoy Museo de Valladolid, que atesora un pequeño jardín arqueológico. En esta misma vía hacemos un alto para descubrir la plaza del Viejo Coso, con acceso a través de un antiguo cuartel. Se trata de la primera plaza de toros de la ciudad, de una curiosa planta octogonal, hoy reconvertida en viviendas.

La calle desemboca en la iglesia de San Benito: rodéala para descubrir su impresionante fachada, de descomunal dimensión, obra de Rodrigo Gil de Hontañón en el siglo XVI. Si su tamaño impone, te sorprenderá saber que hasta el siglo XIX tuvo otros dos cuerpos en altura. ¿Sabes que su escudo es el único tallado en piedra que se conserva en España con las armas de José Bonaparte, que reinó como José I?

De tapas por Valladolid

¿Qué mejor para terminar la mañana que dejarnos conquistar por las tapas y los vinos de Valladolid? Junto a San Benito encontramos una zona plagada de bares y restaurantes y con el renovado Mercado del Val, un edificio decimonónico, inspirado en el mercado Les Halles de París, que reúne puestos de alimentación y gastrobares. Estás a un paso de la Plaza Mayor: acércate y pasea por sus calles aledañas, hacia la plaza de Martí y Monsó (que los vecinos llaman ‘de Coca’ por un antiguo cine), y descubrirás algunos de los bares de más premiados en el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas.

 

POR LA TARDE

Un Valladolid romántico 

Ponemos el broche de oro a la jornada en una de las zonas más relajadas de la ciudad, reflejo de las aspiraciones de la burguesía del siglo XIX y principios del XX.

Desde la Plaza Mayor tomamos la calle Santiago, arteria comercial de Valladolid, donde nos cruzamos con la iglesia que da nombre a la vía y con un curioso claustro de estilo castellano, el de Las Francesas, en el número 20. No dejes de visitar su interior: encontrarás una bella iglesia, hoy sala de exposiciones de entrada gratuita, y el vistoso ‘patio de las tabas’, cuyo pavimento está formado por huesos de cordero.

En la plaza de Zorrilla, encontramos la Academia de Caballería, un imponente edificio a imagen de los palacios del Renacimiento. Dos de los escritores más queridos de la ciudad están representados por sendas estatuas: José Zorrilla y Miguel Delibes.

La amplia y agradable calle Acera de Recoletos cuenta con edificios tan emblemáticos como la Casa Mantilla, la Casa Resines y la Casa del Príncipe, además de una estatua dedicada a Cristóbal Colón. ¿Sabías que estaba destinada a Cuba? ¿Y que acabó en este emplazamiento por una encuesta realizada por el diario El Norte de Castilla?

Un imprescindible que ver en Valladolid es el Campo Grande. Piérdete en este parque romántico que esconde fuentes monumentales, estatuas, estanques –los niños disfrutarán de las alocadas historias de su barquero-, riachuelos y pavos reales en libertad.

COMPLETA TU VISITA

  • Si es fin de semana, la Oficina de Turismo de Valladolid, en la calle Acera de Recoletos, ofrece visitas básicas para conocer la ciudad, como la ruta Valladolid Histórico; paseos en bus turístico o en barco. Por la noche, no puedes perderte Ríos de Luz, una ruta premiada a nivel internacional.
  • Un plan obligado que hacer en Valladolid es una ruta de museos: no puedes perderte el Museo Nacional de Escultura, con la mejor colección de madera policromada del país; o el Museo Patio Herreriano, de entrada gratuita, dedicado al arte contemporáneo -con especial acento en la creación nacional- y un importante fondo de obras de Ángel Ferrant. Visita, también, las que fueron hogar de dos de nuestros más grandes literatos: el Museo Casa de Cervantes (única casa del escritor que se conserva original) y la casa-museo de Zorrilla.