Repaso a 150 años de historia a través del humor gráfico en la muestra ‘La sátira. ¡Esa prensa!’

1

Mär

2018

Repaso a 150 años de historia a través del humor gráfico en la muestra ‘La sátira. ¡Esa prensa!’

La Casa Revilla de Valladolid expone cerca de 200 ilustraciones, litografías y portadas de revistas como La Codorniz, Hermano Lobo o El Jueves

El su discurso de ingreso ante la Real Academia Wenceslao Fernández defendió que ‘no hay nada más serio que el humor’. Era 1945. Humoristas gráficos como Serafín, Chumi Chúmez o Mingote comenzaban a burlar la censura en sus viñetas al amparo de revistas como La Codorniz, una de las publicaciones presentes en la exposición ‘La sátira. ¡Esa prensa!’, inaugurada esta mañana en la Casa Revilla por su comisario, Javier Domingo Gómez, y la concejala de Cultura y Turismo de Valladolid, Ana María Redondo.

Son, en total, casi 200 las ilustraciones, litografías y portadas de prensa satírica que pueden verse en la sala hasta el 15 de abril. Componen un recorrido a través de 150 años de historia, desde los últimos coletazos de la Primera Guerra Carlista –un original de El Guirigay, editado en 1839, es la pieza más antigua-, hasta la actual década, representada en portadas de revistas como Mongolia.

El convulso siglo XIX, casi al completo, está retratado en esta sala de Valladolid. “Son ilustraciones más burdas que las actuales”, ha constatado el comisario de la muestra, quien, no obstante, realza el valor histórico de unas publicaciones que pueden considerarse como el inicio de la prensa satírica, impulsado de forma definitiva gracias a la litografía. Publicaciones como Fray Gerundio, La traca, Be Negre o La Carcajada arrancan en esta centuria. La exposición custodia ejemplares como el último número de Thé Kon Leche editado en Manila, en diciembre de 1895, en los albores de la revolución de Filipinas; o “un mapa de la Europa de 1870 con personajes tumbados en actitudes que representan el estado de cada país”.

“Por razones evidentes la Guerra Civil no fue una buena época para la prensa satírica” –aunque durante el conflicto vio la luz una cabecera destacada, La ametralladora- pero terminada la contienda y en plena dictadura “aparecen los grandes humoristas gráficos” como Forges, Peridis o Serafín y publicaciones de referencia, entre las que el comisario ha citado La codorniz, Hermano Lobo o El Papus.

Esta época es una de las más representadas en la exposición y no sin motivo, pues el humor gráfico era la vía preferente para burlar la censura. “Lo que un periodista no podía escribir lo ilustraba el caricaturista” en un arrojo de libertad expresiva que condujo a no pocos secuestros editoriales o multas, como la que ha recordado el comisario de la muestra que se impuso a La codorniz “y que su director, Álvaro de Laiglesia, se dispuso a pagar en monedas de diez céntimos, enviando a sus empleados cargados con sacos de calderilla”. Esta anécdota refleja “que los humoristas crecen en los momentos más difíciles y, en este sentido, la dictadura fue una época brillante para el ingenio”.

Publicaciones como A las barricadas, El cocodrilo, HdiosO y, sobre todo, El Jueves, fundada en 1977, guían el recorrido por la recta final del pasado siglo; que desemboca en títulos actuales como Mongolia, cuyo primer número (2012) cierra la muestra. Las dos últimas cabeceras, de las que Javier Domingo se ha confesado admirador, esgrimen la sátira ilustrada “en un mal momento para la libertad de expresión, por la mordaza que ponen las instituciones pero que también nos ponemos a modo de autocensura”. En opinión del comisario de la muestra, que se presenta en Valladolid con la colaboración del Instituto Quevedo de Humor de la Universidad de Alcalá de Henares, “el humor se está trasladando a la televisión y en prensa escrita vive, en general y desde hace mucho, de las rentas de los clásicos”. Las tiras cómicas gozan, eso sí, del incondicional favor del público, “que comenta más la viñeta de Peridis que la columna de opinión”, ha concluido.

 

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