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El Patio Herreriano apuesta por la faceta didáctica del arte con la exposición Ánfora, grotesco, armazón, maniquí. Antonio Ballester / Ángel Ferrant
18

Okt

2019

El Patio Herreriano retoma la idea del arte como pedagogía esgrimida por Ángel Ferrant con la exposición 'Ánfora, grotesco, armazón, maniquí'

La exposición reúne obra de Ferrant y del artista Antonio Ballester con piezas realizadas por niños y aficionados

El Museo Patio Herreriano recupera la democratización del arte propugnada por Ángel Ferrant con su nueva muestra, Ánfora, grotesco, armazón, maniquí. Una exposición sobre pedagogía. El director del centro, Javier Hontoria, y el artista plástico Antonio Ballester, que completa el recorrido expositivo con sus propias piezas y las realizadas por niños y alumnos aficionados en sus talleres; han presentado esta mañana la muestra, que permanecerá en las salas 6 y 7 hasta el 16 de febrero.

La exposición, diseñada con vocación pedagógica, ensalza la “eliminación del elitismo y el hermetismo que se asocia al arte”. Así ha defendido Hontoria la idea ya enunciada por Ángel Ferrant, palpable en una iniciativa que apuesta por el papel del arte contemporáneo como herramienta educativa y de acercamiento a la ciudadanía.

“Ferrant demostró un gran interés por eliminar las barreras entre el genio y el aficionado. Creo que estaría orgulloso de ver su obra expuesta junto a la de un niño”, ha señalado el director del museo.

Fue Hontoria quien invitó a Antonio Ballester a bucear en el Archivo Ferrant integrado en la Colección Arte Contemporáneo. Una investigación que comenzó a concretarse el pasado verano a partir del punto tangente que halló entre las metodologías pedagógicas de ambos: la idea democratizadora del arte.

En este ejercicio, el museo se remite a las ‘Arsintes’ de Ferrant, pequeñas piezas de cartón, algunas realizadas sobre esquemas básicos y otras más caprichosas, con las que el artista animaba a los jóvenes a componer sus figuras con plena libertad expresiva.

Dentro de este juego (mezcla de ‘arte’ y ‘síntesis’) se han seleccionado los cuatro grupos que utilizó con más frecuencia (Ánfora, Grotesco, Armazón y Maniquí), presentes en los grabados que cuelgan de los muros, pero también en las peanas que sostienen las arcillas realizadas por niños y que imitan las geometrías diseñadas por Ferrant. Maestro e infantes se dan, al fin, la mano casi 90 años después de que Ferrant defendiera el derribo de nuestras convenciones artísticas más empolvadas en su texto “Diseño de una configuración escolar”.

Muestra con vocación pedagógica

La apuesta por la democratización del arte, se lamenta Ballester, “no se ha asumido totalmente en la pedagogía”. “El niño dibuja por naturaleza, hasta que se da cuenta de que los resultados no son una reproducción exacta del modelo. Pierde las ganas porque unimos arte a destreza técnica sin darnos cuenta de que la técnica puede matar la creatividad”, ha explicado.

Para el artista “no es que la pedagogía sea importante para el arte, es que el arte es pedagogía”. “Debería enseñarnos a mirar. Y no hay nada más revolucionario que buscar otra forma de mirar al mundo”, defiende. A su corpus artístico, Ballester suma una fuerte inclinación pedagógica que le ha llevado a dirigir talleres en los que han participado más de 600 niños y adultos aficionados, además de creadores profesionales a los que anima a reconectar con su infancia para desaprender. 

Es, reconoce, "una apuesta arriesgada". "Cuando le pido a un artista profesional que deshaga el camino y pinte como un niño pienso que no volverá al taller. Sin embargo, la fórmula tiene éxito", reconoce. Tanto, que en su afán por democratizar el arte, ha armado exposiciones que combinan sus obras con las de sus alumnos aplaudidas en citas referentes como la Bienal de Sao Paulo. 

La faceta pedagógica de la exposición llega a su punto álgido con la disposición de un espacio de trabajo, en la sala 7, abierto a talleres, en el que las personas con inquietudes artísticas puedan plasmar su creatividad. Un lienzo en blanco en el que, como defendería Ferrant, todo puede ocurrir.

  • Ánfora, grotesco, armazón, maniquí. Una exposición sobre pedagogía.
  • Salas 6 y 7 Museo Patio Herreriano. Hasta el 16 de febrero. 
  • Abierto de martes a viernes de 11 a 14 y de 17 a 20 horas; sábados, de 11 a 10 horas y domingos, de 11 a 15 horas. 
  • Entrada gratuita. 
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