Seminci - mesa redonda las mujeres y el cine español

23

oct

2017

Diez profesionales se reúnen en Seminci para analizar el papel de la mujer en el cine español

La directora Chus Gutiérrez o la actriz Ana Gracia debaten sobre la presencia de la mujer en la industria y la necesidad de un cambio en el modelo de sociedad que refleja la producción audiovisual

La edición más feminista de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) ha reunido hoy a representantes de las principales profesiones en torno al séptimo arte en una mesa de análisis sobre el papel de la mujer en el cine español que se ha cerrado con una conclusión, que el sector está aún lejos de alcanzar la igualdad de género, y con dos reivindicaciones: una mayor presencia de mujeres en las mesas de decisión y la necesidad de que el cine y la televisión se conviertan en un reflejo fiel de la sociedad. 

En esta última dirección apunta la directora Chus Gutiérrez. “¿Cómo queremos que la sociedad cambie si lo que muestra el cine son estereotipos anclados en la Prehistoria?”, pregunta la directora de Insomnio o El calentito, para quien “la sociedad va muy por delante de la ficción”. Una ficción que, denuncia, cuenta con “un ratio de cuatro personajes masculinos por cada personaje femenino”. 

El de las actrices ha sido, precisamente, uno de los roles protagonistas de la mesa de debate. En representación de la cara más visible del sector, Ana Gracia (conocida por sus papeles en series como Hospital Central o Aída y en películas como La vaquilla o Camino) denuncia el “especial estrés al que están sometidas las actrices más jóvenes” que “lo tienen aún peor en la actualidad, y mira que la industria ya era cruel antes”. La situación no es más esperanzadora para las profesionales de mayor edad que, según datos de la Unión de Actores expuestos por Gracia, desaparecen de la gran y pequeña pantalla. “A partir de cierta edad las mujeres no existimos en el mundo de la ficción”, ha concluido. 

La directora de casting Rosa Estévez (Mortadelo y Filemón, Blancanieves, la serie El Príncipe) coincide con Gracia tanto en la “horrorosa” desproporción de actores y actrices –cuenta que, después de diez capítulos en una serie en la que trabajó, contabilizó la aparición de 78 hombres y 9 mujeres- como en el “terrorífico tema de la edad”. “Parece que ellos no cumplen años…¿por qué siempre emparejamos a hombres mayores con mujeres a las que sacan quince años pero nunca ocurre al contrario?”, denuncia. Asimismo, tacha de “cruel” que “cuando una actriz está en su mejor momento, cuando acumula experiencia, se la condena al ostracismo”. 

El estrés por el físico al que se refieren ambas profesionales es, según la directora de vestuario Patricia Monné (Cien años de perdón, No habrá paz para los malvados), mayor en el caso de la televisión, ámbito en el que “se me ha ordenado que suba la falda a las actrices o que ponga más escote”, situaciones ante las que se confiesa “perpleja”. “No te queda más que obedecer o irte a la calle”, denuncia. 

Hacerse oír

Las profesionales participantes en la mesa de debate coincidieron en la dificultad que supone ser mujer entre sus propios colegas de profesión. “Los hombres te miran con condescendencia y con cierto paternalismo”, apunta la directora de fotografía Pilar Revuelta (Un monstruo viene a verme, El laberinto del fauno), quien apela a “los jefes de equipo para que el trabajo sea equitativo y justo en el día a día”. Coincide la directora de decoración Raquel Fernández (estrena el documental Do you remember Filipinas?) quien, añade, esta “necesidad de batallar solo por ser mujer” que inculca a sus alumnas es mayor en España si lo compara con su experiencia profesional en países como Estados Unidos. 

La voz de la mujer en el cine pasa, como cuenta Coral Cruz, por su presencia en la elaboración del guion. Recoge la idea lanzada por sus compañeras y la amolda a su profesión para afirmar que si el cine quiere reflejar la realidad debe incluir una mayor presencia femenina en la creación de las historias “para un público que también cuenta con mujeres” y, especialmente, en las grandes producciones, donde la disparidad es mayor. “Casi siempre nos relegan a películas que no están dirigidas al gran público, incluso aunque estén pensadas para mujeres”, denuncia, “porque la industria no nos ve como un potencial de rentabilidad”. 

Julia Juaniz, directora de montaje en El cielo gira o Madre, va más allá. Apuesta por “la educación en el lenguaje audiovisual desde la infancia” para que los jóvenes tengan “la capacidad crítica de elegir y comprender lo que ven y el mensaje que reciben”. Durante su intervención, quiso denunciar que su ámbito, el del montaje, “no se valora en España”. 

¿Sí o no las cuotas? Ha sido una de las cuestiones repetidas en la mesa redonda. A favor se de la discriminación positiva se posiciona la productora María Zamora, que en los últimos años ha apostado por directoras como Beatriz Sanchís o Carla Simón. Concreta su interés “por los comités y mesas de decisión, donde se echa en falta la presencias de mujeres”. 

Por último, la directora de sonido Amanda Villavieja, especializada en documental, se manifestó en contra de las cuotas en la elección de proyectos (“si pones una cuota, normalizas la diferencia”, asevera) aunque se mostró favorable a la “paridad en las mesas de decisión” y a "implementar políticas de género en todos los campos". “Que logremos eso y, después, que se elija el mejor proyecto, lo firme quien lo firme”, concluye. 

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