Publicador de contenidos

Los hombres ponen voz a la opresión femenina en Esto no es la casa de Bernarda Alba
23

feb

2018

Los hombres ponen voz a la opresión femenina en Esto no es la casa de Bernarda Alba

El propio título de la obra adelanta al espectador que 'Esto no es la casa de Bernarda Alba' sino una revisión del drama lorquiano en el que los hombres,  encarnan los papeles protagonistas -todos ellos femeninos- “defendiendo a esas mujeres de la opresión, trascendiendo el género”. Así ha defendido esta mañana la directora Carlota Ferrer su montaje, basado en el texto de Federico García Lorca -basta con suprimir la advertencia 'esto no es' añadida al original-, con mínimos retoques a cargo del dramaturgo José Manuel Mora, que se representa este fin de semana en el Teatro Calderón de Valladolid

En la piel de esas mujeres -sin pelucas, maquillaje ni artificios que intenten disimular su género- están Eusebio Poncela como Bernarda Alba, Igor Yebra en el papel de su madre, Josefa, en cuya boca la locura pone las más aplastantes verdades; Óscar de la Fuente como la criada Poncia y Guillermo Weickert como la segunda sirvienta. Las hijas de Bernarda son interpretadas por Jaime Lorente (Adela), David Luque (Angustias), Arturo Parrilla (Magdalena), Diego Garrido (Martirio) y la única mujer en el reparto, Julia de Castro (Amelia). La incursión de la actriz refuerza, como ha detallado Ferrer, la idea de superación de roles de género para hacer de esa defensa de la libertad que esgrimió Lorca un canto universal. 

Es la esencia que empapa el montaje de Ferrer, presentado esta mañana en el Calderón por la directora, el dramaturgo José Manuel Mora, los actores Eusebio Poncela y Óscar de la Fuente y la concejala de Cultura y Turismo, Ana María Redondo, quien ha celebrado “la perspectiva de género tan actual” desde la que se ha interpretado La casa de Bernarda Alba “en un momento clave para una sociedad que está dando batalla por la igualdad”. 

Como muestra de la opresión que somete a las mujeres, Mora ha recordado que “en esta casa la única salida para la mujer pasa por un hombre o por el suicidio”. Es responsable de las sutiles intervenciones en un texto “al que no le sobra ni un gramo” tratadas con un escrupuloso respeto por el estilo del poeta granadino -hasta el punto de que “los grandes conocedores de la obra no se dan cuenta de qué textos son de Federico y cuáles no”, ha apuntado Ferrer-. 

Los monólogos que ha incorporado Mora difuminan los roles arquetípicos tan marcados en el original para dotarlos de humanidad. “Quería entender a Bernarda, comprender por qué actuaba así con sus hijas”. Entender a Bernarda, la tirana, la opresora; es, para el dramaturgo, “entender al verdugo que todos llevamos dentro”. 

Es el diálogo de la actualidad con la obra de 1936 que, sin mover una coma, hace reflexionar sobre el papel de la mujer y que, bajo el filtro de Ferrer, “trasciende los géneros”, como ha añadido Poncela, para quien “poner su contenido en los hombres hace que tenga un eco más fuerte”. En la misma línea, como ha concluido Mora, con un espectador acostumbrado al sufrimiento como propio de tantos personajes femeninos, que “un texto que grita por la libertad de la mujer esté en boca de los hombres es la paradoja que hace hermosa”. La actualización por la que apuesta el tándem formado por el dramaturgo y Ferrer cambiará, además, el final de la obra, pues “en 2018 no puede terminar con un grito de ‘¡Silencio!’”

  • Esto no es la casa de Bernarda Alba en el Teatro Calderón de Valladolid.
  • Este viernes y sábado a las 20.30 horas y el domingo a las 19.30 horas. 
  • Entradas a la venta en taquilla y en la página web del Calderón
     
Ver todas las noticias