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Picasso, Miró y Dalí dialogan a través del grabado en el Museo de la Pasión 
18

mai

2018

Picasso, Miró y Dalí dialogan a través del grabado en el Museo de la Pasión 

Valladolid acoge por primera vez la muestra, que reúne más de 120 piezas originales marcadas por la innovación técnica

“Se han derramado mares de tinta sobre Picasso, Dalí y Miró, pero la auténtica forma de conocer a un artista es a través de su obra”, sentencia la coleccionista Mercedes Rodríguez Prat, una de las responsables de la muestra que inaugura hoy el Museo de la Pasión y que es, como ha señalado, una oportunidad única “para descubrir a tres excelentes grabadores y pioneros en este arte”. 

La exposición ‘Picasso. Miró. Dalí. Grabados de un siglo’ se abre coincidiendo con el Día Internacional de los Museos. Hasta el próximo 15 de julio permanecerán en Valladolid las casi 120 obras que conforman el recorrido, reunidas en un mismo espacio por primera vez.  

Es, asimismo, un valioso testimonio sobre las innovaciones técnicas en el arte gráfico de principios del siglo XX. Las diferentes formas de abordar el proceso creativo “reflejan la búsqueda de nuevas técnicas, el uso de nuevos utensilios y de nuevos materiales” que hicieron de estos artistas “referentes en el grabado”. 

Dos series firmadas por Pablo Picasso cuelgan de las paredes de la planta baja. Se trata de 45 grabados al linóleo en color y de diez litografías. “Solo uno de los linograbados fue realizado de forma tradicional, con una plancha por color; para el resto, Picasso mezcló varios tonos sobre una misma plancha”, explica la coleccionista en referencia al primer conjunto. Además, añade, utilizaba elementos “como cuchillos de cocina para rasgar o arena para dar un exquisito relieve”.

Convive junto a ellas una veintena de litografías a color de la serie de Joan Miró ‘Maravillas con variaciones acrósticas en el jardín de Miró’ que muestran el lado poético, onírico y fantasioso del artista catalán. Sus firmes trazos y la viveza del color –que logró humedeciendo el papel en gasolina, otra innovación para la época- se presentan arropadas por versos de Rafael Alberti. 

La segunda planta está reservada a Salvador Dalí, representado por las series completas de ‘La vida es sueño’, realizada para ilustrar la obra de Calderón de la Barca, y ‘Fausto’, inspirado en el libro de Goethe. En esta última propuesta consigue “una definición perfecta en el trazo” que logró incluyendo punta de diamante y de rubí en su gubia y oro de 24 quilates sobre el papel. Si en la serie dedicada a Fausto “plasma su creencia en la brujería”, en La vida es sueño proyecta su pasado y sus temores a través del personaje de Segismundo, cuya vida, “al igual que la de Dalí, estuvo marcada por el peso de una muerte cercana”. 

Es muestra “de cómo en esta sala están presentes la innovación de estos tres genios, sus experiencias, sus tics y sus fantasías; en definitiva, su propia vida”.

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