Personajes e historia

El primer viaje de Carlos V a Valladolid

13 noviembre, 2017

Fue el acontecimiento del siglo en Valladolid. Se dice que 40.000 almas se echaron a las calles para recibir al llamado a ser Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico a su entrada en la ciudad del Pisuerga, el 18 de noviembre de 1517, la misma en la que nacería su hijo Felipe, el futuro Felipe II, y en la que fue coronado rey de Castilla, el reino más poderoso de la época. Un nombramiento decisivo en su carrera por dominar medio continente: se hizo con el control de 27 reinos, 13 ducados y 22 ducados. Europa no recordaba tal concentración de poder desde el Imperio Romano.

Recreación histórica

Recreación histórica

Controvertida, sin duda, su llegada dada su condición de extranjero –ni siquiera hablaba castellano-, su juventud –tenía 17 años- y la cuestionada legitimidad de su ascenso al trono –buena parte de la nobleza era partidaria de su hermano Fernando-, no impidió que la ciudad se acicalase y emperifollase para recibir a quien reunió por primera vez las coronas de Castilla y Aragón, culminando así la unión dinástica sentada por los Reyes Católicos.

Arco en la calle de Santiago a principios del siglo XX (desaparecido)

Arco en la calle de Santiago a principios del siglo XX (desaparecido)

El futuro rey y emperador accedió a la villa por la Puerta del Campo (hoy plaza de Zorrilla), inicio del llamado recorrido regio que después realizarían los monarcas hasta Alfonso XIII. La comitiva desfiló por la actual calle de Santiago hasta la Plaza Mayor, entonces plaza del mercado, y de allí hasta la Iglesia de Santa María, donde el rey besó y oró los Santos Evangelios antes de emprender el camino hacia el palacio de los condes de Rivadabia (Palacio de Pimentel), donde se alojó en esta primera estancia y donde años más tarde nació su hijo, Felipe II.

Cuentan las crónicas de la época que Carlos hizo una entrada triunfalista, acompañado por sus hermanos Leonor y Fernando, el arzobispo de Zaragoza, representantes del Papa, del emperador Maximiliano –su abuelo-, el rey de Portugal y de la nobleza veneciana.

 

Abrían el cortejo los 500 infantes del capitán de Espinosa, seguidos por la caballería real y del capitán Cabanillas, las trompetas del infante don Fernando, los caballeros del Toisón, los altos dignatarios, señores, duques, condes, barones y marqueses.

Recreación histórica

Recreación histórica

Suntuosamente vestido llegaba don Carlos. A su derecha, cien caballeros alemanes engalanados con el blanco, el amarillo y el rojo de la casa de los Habsburgo; a su izquierda, otros tantos arqueros con la cruz de San Andrés en el pecho; a su espalda, cuatrocientos alabarderos españoles.

Pese a la galantería de buena parte de la nobleza castellana y su afán por ornamentar la villa -se dice que algunas calles se construyeron elegantes arcos de madera, que las casas colgaron ricos tapices de sus ventanas-, el día debió de ser tan frío como la recepción que ofreció a la comitiva real buena parte de los vecinos. Dicen las crónicas que la lluvia hizo de las calles un cenagal y que la hostilidad de los clérigos hacia los flamencos era tal que se negaron a acoger a los flamencos e incluso interrumpían el culto si alguno entraba a un templo durante la misa.

Ni las mil antorchas que alumbraron la llegada del futuro emperador infundieron calor a  esa parte de la población que no secundaba la sucesión monárquica en ese joven llegado de tierras lejanas y que azuzó el inicio de la Guerra de las Comunidades de Castilla. Una desconfianza con la que el futuro monarca supo lidiar hasta hacerse con el favor del reino castellano y de la villa vallisoletana, una atención mutua a la que dio respuesta haciendo de Valladolid capital administrativa hasta 1561.

 

 

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2 Comentarios

  • Reply Diseño web Valladolid 18 diciembre, 2017 at 15:42

    No tuvo una residencia oficial del futuro emperador en la ciudad de valladolid ?

    • Reply administrador 3 enero, 2018 at 12:23

      Buenos días. Lo cierto es que Carlos fue un gran viajero. En esta primera estancia se alojó en lo que hoy llamamos Palacio de Pimentel, como haría más adelante, coincidiendo con el nacimiento de Felipe II en mayo de 1527. En posteriores estancias en Valladolid, se alojó en lo que fue vivienda de su secretario de Estado, Francisco de los Cobos: el Palacio Real.

      Para hacernos una idea de esta situación, recuperamos los periodos de residencia en Valladolid establecidos por Filemón Arribas: entre noviembre de 1517 y marzo de 1519, de agosto de 1522 a septiembre de 1524, de 1527 a 1536 y de mayo de 1543 a octubre de 1559 (con el periodo de regencias). Solo en la primera etapa (de noviembre de 1517 a marzo de 1519), Carlos tuvo que desplazarse para tomar parte en las Cortes de Aragón y en las de Barcelona.

      Gracias por leernos 🙂

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