Curiosidades y leyendas

Jerónimo de Ayanz: el buceo moderno ‘nació’ en Valladolid

27 septiembre, 2016
palacio de la ribera Valladolid

El 2 de agosto de 1602 ocurrió en Valladolid un hecho extraordinario e inmerecidamente olvidado por muchos de sus vecinos: un hombre se enfundó el primer traje de buzo de la historia y permaneció durante más de hora bajo las aguas del Pisuerga.

Es la primera inmersión de larga duración documentada. Aunque ya se habían producido algunos intentos (en Toledo y en Lisboa se habían realizado inmersiones con personas dentro de una campana), el invento presentado por Jerónimo de Ayanz ante Felipe III en Valladolid es considerado el precursor del buceo moderno.

Los documentos del Archivo General de Simancas nos permiten conocer todos los detalles del rompedor ingenio: sabemos que el primer equipo de buceo de la historia consistía en un traje de piel de vacuno con dos conductos que permitían la entrada y la expulsión de aire, una idea que ponía solución al deficiente sistema de las campanas que no permitían esta renovación y limitaban el tiempo del buzo sumergido. Los conductos partían de una rudimentaria escafandra y se conectaban un fuelle que impulsaba el aire.

Así, a diferencia del sistema de campana, el buzo podía permanecer largo tiempo sin salir al exterior y, sobre todo, contaba con una libertad de movimiento imprescindible para el propósito pensado por Ayanz, rescatar riquezas del fondo del mar y recoger las perlas tan abundantes en América.

El propio Felipe III encargó a Ayanz demostrar la eficacia de su ingenio. Cortesanos, gente de alcurnia y espectadores del pueblo llano se congregaron, siempre con un trasfondo de lujo y teatralidad, tan del gusto del rey, que eligió como escenario las aguas que bañaban el desaparecido Palacio de la Ribera, su predilecto en la época estival.

Ante la mirada atónita del rey y su séquito, el primer buzo de la historia se mantuvo debajo de las turbias aguas del Pisuerga durante más de una hora. Solo regresó a la superficie a petición del monarca y, una vez en el exterior, aseguró que podría haber estado bajo el agua tanto tiempo como le permitiese ‘la frialdad de ella y el hambre’. Así lo contaba Jerónimo Ayanz:

Su Majestad quiso ver lo que parecía más dificultoso, que era poder un hombre trabajar debajo del agua espacio de tiempo. Así, por agosto del año pasado de 1602, fue con sus galeras por el río de esta ciudad al jardín de don Antonio de Toledo, donde hubo mucha gente. Eché un hombre debajo del agua, y al cabo de una hora le mandó salir Su Majestad y aunque respondió debajo del agua que no quería salir tan presto porque se hallaba bien, tornó Su Majestad a mandarle que saliese. El cual dijo que podía estar debajo del agua todo el tiempo que pudiera sufrir y sustentar la frialdad de ella y el hambre. 

Diseño de Jerónimo de Ayanz de la primera máquina de vapor moderna

Diseño de Jerónimo de Ayanz de la primera máquina de vapor moderna

Aunque las hazañas del navarro han caído en el olvido para la mayoría de la población, su mente adelantó inventos propios de la revolución industrial inglesa y aprovechó teorías y principios científicos que nos serían definidos hasta siglos después.

En 1606, dos años de su muerte, había patentado 48 inventos; muchos de ellos, también aplicados con éxito, como hizo en Valladolid con su innovador traje de buceo. Si este fue un hito impactante para la época, no debería serlo menos la creación de la primera máquina de vapor moderna. O un rudimentario sistema de aire acondicionado, un método de desagüe para las minas, bombas de riego, y un largo etcétera que hacen de Jerónimo una de las grandes mentes de la historia que merece estar en el podio al lado de Leonardo Da Vinci: donde el italiano no pasaba del diseño, el español construía, aplicaba y explotaba.

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4 Comentarios

  • Reply Carol 2 diciembre, 2016 at 12:35

    Un artículo muy interesante.

    Enhorabuena! 🙂

    • Reply administrador 2 diciembre, 2016 at 12:54

      ¡Muchas gracias!:)

  • Reply Uno 15 marzo, 2021 at 19:35

    Pero a Jerónimo no sé le hizo caso…. Y así España perdió la posibilidad de ostentar el dominio de los mares otros 100 años como mínimo.

  • Reply Luis M Lozano 27 febrero, 2022 at 11:57

    Es agradable ver que recordamos a Jerónimo de Ayanz a través de este medio.
    Me gustaría mencionar a la persona que tanto trabajó investigando en el Archivo de Simancas los privilegios de invención de la época (antecedente de las patentes actuales), dando a conocer a J de Ayanz.
    Se trata de Nicolás García Tapia, que fue uno de mis profesores de doctorado.
    Sus trabajos sobre la ciencia y la técnica en la historia de España son extraordinarios, y son una lectura muy recomendable.
    Creo que es muy importante que conozcamos también a nuestros investigadores del presente.

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