Como un oasis en pleno bullicio propio del centro de una ciudad: así es el Viejo Coso de Valladolid. Detiene, por un instante, el tiempo. Ajeno al ajetreo de las calles aledañas, este recoleto rincón es un antídoto contra las prisas y el ajetreo de la vida en la urbe.
Historia
El Viejo Coso se edificó en 1833 como la primera plaza de toros de Valladolid, sobre el lugar que ocuparon las casas del Conde de Salinas y el Hospital de Pobres, y colindante al palacio renacentista de Fabio Nelli. Su construcción se suma a la transformación de la zona que impulsó la desamortización de Mendizabal y posterior ley Madoz.
La plaza empezó a acoger, así los festejos taurinos que hasta entonces se celebraban en la Plaza Mayor y en zonas cercanas a la Puerta del Campo. El Viejo Coso fue, durante sesenta años, la plaza de toros de la ciudad.
Por su forma octogonal se la relaciona con algunas de sus coetáneas, como las plazas de Cádiz, Granada, Valencia o Jerez de la Frontera. En origen disponía de un tendido de piedra y una crujía cubierta con dos plantas de gradas (la crujía exterior actual).
La construcción de la nueva plaza de toros en el Paseo Zorrilla en 1890 trajo el abandono del Viejo Coso y su posterior reutilización en 1900 como casa del cuartel de la Guardia Civil, para lo que se suprimió el tendido y se añadió una segunda crujía interior. Así, y a modo corrala, se organizaron 45 viviendas entre el primer y el segundo piso, mientras que la planta baja se destinó a cuadras, comedor, salón de armas y despacho para el comandante de guardia.
A finales de los sesenta, cuando la Guardia Civil se trasladó a su nuevo cuartel de la carretera de Segovia, el Viejo Coso padeció una época de descuido. A los estragos propios de su abandono, que sufrió especialmente el tejado, se sumaron los destrozos sufridos por actos de vandalismo.
En 1982 el recinto se rehabilitó para su uso residencial, según el proyecto de los arquitectos Manuel Finat y Javier López de Uribe. Aunque se alteró la cornisa interior para dotarla de mayor espesor se pudo mantener la configuración formal de la plaza. Conserva, a día de hoy, la disposición geométrica y las galerías interiores como testigos de su uso pasado.
El Viejo Coso en la actualidad
Los antiguos palcos en los que personajes ilustres de la ciudad acudían a las corridas finalmente se ocuparon como viviendas. Lo que en el siglo XIX constituía el ruedo es, actualmente, un pequeño parque con altos árboles.
Los edificios mantienen la fachada de ladrillo y dos pasajes con techos de madera conducen a las calles San Quirce y San Ignacio. En su interior, se mantienen los dos pisos de balconcillos, con barandilla de hierro y corredores de madera, que evocan el recuerdo de la primera plaza de toros de la ciudad.
5 Comentarios
La descubrí hace poco pero tengo la duda de el tipo de vivienda que forma la plaza. Porque me pareció ver que era una residencia universitaria, o son viviendas particulares? Gracias
el arbol grande del centro de la plaza de
Mi mujer y su hermana nacieron ahí. En 1938 y 1940 fue casa cuartel. Guardia Civil
Yo tuve la suerte de conocer el edificio tenía una amiga que vivía allí ,lo recuerdo por ser un edificio muy diferente a todo lo que yo conocía , parecía una córrala me encantó y sabía que era la antigua plaza de toros tenía a mis padres que eran los que me enseñaban .