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El sonido de la Semana Santa

27 marzo, 2015

La Semana Santa es mutismo y culto, pero también es estrépito y tradición. El estruendo de las carracas, las matracas y las tabletas, esos instrumentos de madera que a base de golpeteos enraizaban la tradición de la Pasión con los juegos de la infancia. Más de doscientas piezas se exponen ahora en la Casa de Revilla de Valladolid, réplicas y originales que pertenecen a Francisco Marcos Fernández, algunas de ellas únicas en el mundo.

Este basto ruido es uno de los primeros recuerdos que tiene el coleccionista y artesano Francisco Marcos Fernández de los artefactos que ahora fabrica. Se acuerda de recorrer las calles de Cubillas de los Oteros (León) haciendo sonar las carracas y matracas para llamar a la gente a los oficios religiosos durante la Semana de Pasión.

Ahora atesora un total de 306 piezas. De ellas, 164 son reproducciones hechas por él y las otras 142 son originales. Cuenta con ejemplares procedentes de los cinco continentes lo que hace que sea una recopilación más que notable.
Como coleccionista, destaca que la más difícil de conseguir fue una “carraca Judía realizada en bronce, cobre y plata, con unas piedrecillas, que se utilizaba en una fiesta llamada Púrim”, dice Francisco. Como artesano, sin embargo, la pieza que más se le ha resistido es la réplica de una matraca conservada en territorio nacional, en la catedral de Badajoz. Se trata, como él mismo explica, de “una pieza hexagonal, cerrada y con varias aldabas en cada cara”.

Francisco Marcos Fernández

Francisco Marcos Fernández en su taller

La mayoría de las obras que se exponen en la Casa Revilla son réplicas elaboradas por Francisco a partir de fotografías de originales. El proceso comienza con una exhaustiva labor de documentación en los museos y de observación para reproducir la carraca o matraca con la mayor fiabilidad posible, aún sin tener disponibles las medidas exactas. “La madera es cien por cien reciclada, las consigo en Madrid (donde reside) y en su mayor parte tiene más de cien años” asegura el artesano, quien añade que suele emplear tablones de calidad como haya, roble, castaño o pino. En realizar un instrumento sencillo puede tardar unos diez días, pero los más complejos requieren un trabajo de cuatro e incluso seis meses.

Una vez completado el proceso, pinta la madera con un aceite que la nutre y la protege, operación que repite cada dos o tres años para mantenerlas en perfecto estado. Más complicada resulta la conservación de los originales, pues “la mayoría tienen carcoma y es necesario tratarlos de dos a tres veces al año”, cuenta Francisco.

Las carracas y matracas que se exponen en la Casa Revilla como anticipo a la Semana Santa de Valladolid permiten recordar un tiempo en el que estos artefactos estaban muy arraigados en la tradición religiosa y en los juegos infantiles. Dada la prohibición de tañer las campanas durante la Semana de Pasión, el ruido sordo de estos instrumentos era el que marcaba el anuncio de los oficios. Sin embargo, a raíz del Concilio Vaticano II, concluido en 1965, las matracas y carracas entraron en declive.
Aunque ambos están elaborados en madera, su mecanismo y el sonido que provocan permite diferenciarlos. La matraca es una rueda de tablas fijas distribuidas en forma de aspa y entre las cuales cuelgas mazos, de modo que al girarla se golpean y se crear un ruido basto y seco. El sonido de la carraca es bastante similar. Esta, por su parte, consta de uno o varios piñones unidos por un eje con manivela y lengüetas.

La exposición Sonidos de la Semana Santa. Carracas, matracas y tabletas, puede visitarse en la Casa Revilla de Valladolid hasta el cinco de abril, de martes a domingo, en horario de 12 a 14 y de 18.30 a 21.30 horas.

 

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2 Comentarios

  • Reply Ubrique Turismo 16 abril, 2015 at 12:11

    Me ha encantado disfrutar de la semana santa de Valladolid tan diferente a la Andaluza, he encontrado la web buscando fotos de las vacaciones que pase en Valladolid y me esta gustando mucho.
    Saludos

    • Reply administrador 16 abril, 2015 at 16:47

      ¡Nos alegramos de que hayas disfrutado de la Semana Santa de Valladolid y esperamos recibiros más veces! Además este año el buen tiempo nos ha acompañado. Como dices, es muy interesante comparar las distintas Semanas Santas de España y descubrir que cada una tiene su personalidad propia. Un saludo.

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